Empresarios de una bodega de Jerez donde murió un trabajador dicen que era "autónomo"

La familia dice que el fallecido "no rezaba en la Seguridad Social ni en ninguna parte"

El ex vicepresidente y consejero delegado de la bodega jerezana J.P.M. y hermanos S.A, el empresario J.P.M, negó hoy cualquier responsabilidad en el accidente laboral en el que en marzo de 2002 perdió la vida un trabajador tras precipitarse de un andamio, mientras que el apoderado, F.L.R. rechazó haber falsificado el contrato de trabajo de la víctima tras su muerte, advirtiendo que siempre había trabajado "como autónomo".

En la vista oral celebrada hoy en el Juzgado número uno de lo Penal de Jerez de la Frontera (Cádiz), ambos declararon ante el tribunal acusados de un delito de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de trabajadores, a los que hay que sumar el de falsedad documental, en el caso del apoderado.

En este sentido, el empresario jerezano aseguró que su vinculación con la firma bodeguera concluyó en el año 2000 para montar otro negocio, pero mantuvo sus poderes notariales como consejero hasta el 2003, cuando se desvinculó legalmente de la empresa.

Por ello, manifestó que "no tendría que estar aquí" subrayando que la relación con el trabajador fallecido "siempre fue muy buena" y por ello "hice un seguimiento familiar tras su muerte", ya que llegó a contratarle durante más de un año en la construcción de un chalet en Atlanterra.

En cuanto a las presuntas irregularidades en las que habría incurrido la bodega, dado que la Inspección de Trabajo constató que el trabajador carecía de las correspondientes medidas de seguridad, insistió en que en aquel entonces "ni gestionaba ni intervenía en nada" y que "sólo" acudía a la bodega "una vez al año".

Por su parte, el apoderado de la bodega, F.L.R, defendió que el contrato que redactó a petición de los directivos de la empresa al trabajador fallecido "era en su capacidad de autónomo" y aseguró que desde los años 80 que prestaba sus servicios a esta bodega siempre trabajó en esta relación laboral.

De igual manera, también dejó claro que siempre dio "por supuesto" que al ser empleado autónomo "él se hacía responsable de todo lo correspondiente del funcionamiento de las normas de seguridad".

Respondiendo a las preguntas del fiscal, rechazó que tras producirse el suceso manipulara el contrato de trabajo de la víctima y falsificara su firma después de que el hijo del fallecido fuera a la bodega a interesarse por las gestiones que tendría que iniciar para que la mutua se hiciera cargo del papeleo administrativo y las gestiones para el cobro del seguro.

En este sentido, restó importancia al hecho de que el contrato de la víctima fuera como autónomo, mientras que el peón de obra que recomendó el trabajador fallecido estuviera contratado por la empresa "porque él mismo nos lo pidió para evitar tener que hacerse cargo de la nómina".

De igual manera, admitió que él mismo acompañó al hijo de la víctima al banco para pagarle las "tres cuotas atrasadas" como autónomo que debía a la Seguridad Social de otra etapa anterior "para ayudarle en lo que podíamos".

No obstante, en declaraciones ante el juez, el hijo del trabajador mostró su "indignación" cuando tras el accidente laboral en la Seguridad Social le confirmaron que "no rezaba en ninguna parte y no estaba dado de alta".

En una videoconferencia, un perito judicial certificó que la firma del empleado fallecido "era falsa", mientras que otro ex trabajador de la bodega aseguró que durante los años en los que la víctima trabajó con la empresa lo hizo indistintamente como trabajador por cuenta ajena y como autónomo.

Los dos imputados se acogieron a su derecho a no contestar a las preguntas de la acusación particular. La vista será reanudada el próximo 25 de junio con las declaraciones de nuevos testigos, entre ellos el inspector de Trabajo que sancionó a la bodega.

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