En declaraciones a Europa Press, Domínguez, que confesó sentirse apegada a la literatura desde los 16 años, cuando ganó su primer concurso literario, recoge, en este su primer libro, relatos y reflexiones sobre visiones de "un mundo paralelo en el que los personajes son observados desde otra lente".

En este sentido, la profesora de la Escuela Oficial de Idiomas de Sevilla señaló que la obra ofrece "una percepción diferente". Los relatos, según explican, recogen personajes "desubicados", lectores "desconcertados" y situaciones "rocambolescas y surrealistas". Este surrealismo, según confesó, es fruto de "su frustración literaria y de la influencia de Murakami, Banana Yoshimoto y Woody Allen".

A estos tres añadió Eduardo Mendoza, si bien Domínguez expresó que no suele coincidir sus influencias con sus lecturas que son Paul Auster o Capote. No obstante, dijo que a la literatura hay que unir el cine, la pintura y situaciones o frases de las personas de su entorno como "influencias".

La escritora reconoció que "sólo" pretender la creación de "incertidumbre, mostrar otra perspectiva del mundo y diversión". Aunque, precisó que existe un mensaje detrás de algunos relatos como la rutina o los problemas que pueden derivarse de la no lectura de las cláusulas de los contratos.

Por otro lado, resaltó lo onírico, los mundos paralelos de sueño y realidad, la ironía y el surrealismo como "puntos comunes" de los cuentos que se recogen en su primer libro. Asimismo, apuntó que manera de homenaje, los títulos de algunos relatos como 'La insufrible sonoridad del ser' o 'Crónica del sueño que da cuerda al cuento' aluden de forma directa a las novelas 'La insoportable levedad del ser', de Milan Kundera, y a 'Crónica del pájaro que da cuerda al mundo', de Haruki Murakami, del que sabe recoger el ambiente irreal y mágico de los personajes que, a través de sueños y control mental pueden comunicarse con otros para prevenirlos de algo.