Pero, según informó la Policía a través de una nota de prensa, ellos no hicieron caso alguno a los responsables del negocio y se sentaron en las sillas del exterior, pidiendo que se les sirviera sidra y varias consumiciones.
Como estaban armando mucho jaleo se les solicitó que apurasen la comida y abonasen lo servido. Esto desencadenó las protestas y los insultos de los clientes que, no satisfechos con el trato recibido, comenzaron a lanzar las sillas contra el suelo y los platos contra la pared y la acera. Al ser recriminados por el camarero, unos comenzaron a agredirle, mientras otros impedían que la dueña y otros empleados pudieran socorrerle.
Finalmente abandonaron el local dejando conmocionado al camarero de los golpes y patadas recibidas, siendo entonces trasladado por sus compañeros hasta el Hospital donde fue asistido por la rotura de varias vértebras, heridas de defensa en las manos así como magulladuras y contusiones.
Los investigadores de la Policía Nacional descubrieron que se trataba de un grupo de amigos que habían ido desde La Felguera a pasar la noche de fiesta a Gijón. Pudieron conseguir su identificación tras la descripción efectuada por las víctimas y por el pago hecho con tarjeta de crédito en el local por uno de los imputados. Los daños causados en el establecimiento asciendieron a 2.000 euros al romper focos, escanciadores, bandejas y sillas.
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