El escritor Salvador Navarro profundiza en la debilidad y el maltrato humano en su último trabajo, 'No te supe perder'

El escritor Salvador Navarro confesó que su nuevo trabajo literario, 'No te supe perder' (Guadalturia), finalista del XIX Premio Internacional de Novela Luis Berenguer, profundiza en la debilidad del hombre y, al mismo tiempo, ofrece una reflexión sobre el maltrato psicológico.

En una entrevista concedida a Europa Press, Navarro, ingeniero industrial de profesión, apuntó que "no le gustaría pecar de moralista", pero es evidente que la obra presenta una situación de maltrato, si bien intenta "no dar una opinión", aunque reconoce que en el trasfondo hay una denuncia del "maltrato y la perversión". Asimismo, aseguró que intenta "no tomar partido, sino defender una historia de personajes con nombres y apellidos en la ciudad de Sevilla para hacer reflexionar al lector sobre "lo débil que podemos llegar hacer y, al mismo tiempo, el maltrato que podemos causar sin usar un alma o dar una bofetada".

Del mismo modo, la obra alberga un análisis de "cómo podemos maltratar o ser víctimas, cómo por aglutinar miedos se puede llegar a vivir situaciones perversas y obsesivas que hacen infeliz a las personas". "La novela recoge cómo de puertas para adentro personas que creemos conocer son totalmente desconocidas", dijo.

Por otro lado, Navarro señaló que se trata de una novela "entretenida y de tensión, con precipitación de acontecimientos y llena de impactos". Por otro lado, la obra, según explicó, entra de lleno en un tema "desgraciadamente" de actualidad como es la violencia de género, pero además refleja otras relaciones de las que el ser humano no se sabe desenganchar, esto es, cuando una relación muere no sabemos olvidar y poner "el marcador a cero", afirmó.

La obra, según manifestó, es "una reflexión muy íntima" sobre las relaciones desquiciadas, pero desde distintos prismas, a través de un narrador externo que acompaña en cada momento y se mete en la piel de la persona que lidera la acción. Así, el lector se adentra en la mente del maltratado, del maltratador, de los familiares, y no sólo en casos de maltrato físico, sino también psicológicos. No obstante, matizó que resumir ese maltrato como "violencia de género sería simplista, pues más bien se intenta entender la razón de por qué se llega situaciones límites en momentos dado, apareciendo la violencia".

El escritor advirtió de que si se hacen historias maniqueas "nos equivocamos", pues el objetivo era crear personajes "bien matizados, pasando de lo blanco y negro, pues ni el hombre es malo por naturaleza, ni la mujer es víctima por naturaleza, sino que el ser humano en sí es válido y las relaciones se complican por diferentes motivos". La obra no justifica nada, sino analiza que hay puntos de vistas diferentes, ya que "hay maltratos fingidos, presiones sobre la persona, gente que no sabe querer, que no saben, por miedo a la soledad, decir que no".

En este sentido, añadió que "todo el mundo de las relaciones envenenadas dan mucho juego a un novelista y a una historia en la que los personajes intentan llegar a conocerse y entender por qué pueden llegar a una situación límite". La novela, dirigida a "un lector urbano", hará al lector identificarse con ella, pues "todos en una situación límite podemos llegar a actuar de forma absurda".

Para Navarro, autor de 'Eres los único que tengo niña' o 'Andrea no está loca', el peso fundamental de una historia son los personajes y los conflictos que nacen entre ellos, esto es, definiendo bien a éstos, que han de tener vida propia, nombre o manías para hacerlos "realmente humano". En este sentido, añadió que éste es "un trabajo de orfebrería", en el que sale a flote el ingeniero que lleva dentro, pues, en este aspecto, es "muy cuadriculado para que todo sea coherente y no haya contradicciones en el alma humana".

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