La californiana de 16 años que desapareció este jueves en el océano Índico tras una tormenta cuando intentaba convertirse en la persona más joven en circunnavegar el globo en solitario, ha sido hallada sana y salva. Después de una noche entera sin dar señales vida, la joven habría vuelto a activar los dispositivos que le permiten comunicarse con su equipo y familia.

El padre de Abby especifica en un mensaje en su blog que el helicótero que sobrevolaba la zona donde se había perdido la joven pudo ver que el barco a flote, aunque las velas no están izadas. Abby pudo comunicarse por radio con su familia y les dijo que se encontraba bien. El barco que ha acudido a su rescate tardará aún 24 horas en alcanzarla, prosigue el mensaje.

La joven, Abby Sunderland, había partido de California en enero y, tras recorrer la costa americana del Pacífico y cruzar el cabo de Hornos, atravesó el Atlántico sin detenerse hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, donde el sábado realizó una parada técnica para hacer algunas reparaciones en su embarcación.

Según ua entrevista al padre de Sunderland, Laurence, la adolescente se había encontrado este jueves con vientos de más de 60 nudos en las aguas del sur del Índico antes de, al parecer, verse envuelta en medio de una tormenta.

Lleva traje de supervivencia

"Todo parecía estar bajo control", comentó Laurence Sunderland, que había estado en comunicación telefónica con su hija, "pero entonces la llamada se cortó y una hora después los guardacostas llamaron". Las autoridades recibieron dos señales de auxilio provenientes de la nave tripulada por la marinera y pusieron en marcha una operación de rescate.

"Abby está a cientos de millas de tierra y el barco más cercano estaba a 400 millas de distancia. Las tareas de rescate fueron coordinadas por la isla francesa de Reunión y Australia. Ya era de noche cuando los dispositivos de emergencia se activaron".

Uno de esos sistemas de alerta que llevaba Abby Suderland estaba en su traje de supervivencia o en la balsa hinchable con la que iba equipado el velero en caso de que tuviera que abandonar la nave.