La Universidad examinará las dioxinas de la incineradora, que no tiene por qué tener impacto adicional en la Zoreda

Buendía insta a que "nadie entre al remate del oportunismo político de la crisis" y asegura que la planta se va a construir

El coordinador del estudio de impacto ambiental de la Zoreda, realizado por la Universidad de Oviedo, el catedrático Julio L. Bueno de las Heras, señaló hoy que los parámetros de la zona en la que está instalada Cogersa son "razonables" y descartó que sea inevitable que la futura incineradora tenga un impacto adicional sobre la zona. No obstante, anunció que se contará con un equipo técnico para examinar dioxinas y evaluar si hay incidencias.

En declaraciones a los periodistas con motivo de la presentación del informe en Cogersa, explicó que la Universidad va a adquirir unos equipos con cargo a fondos del Principado de análisis de detección de dioxinas, que permitirá a la institución ser autónoma y contar con esos equipos en el Campus de Mieres para analizar la sustancia "que más preocupa a la gente".

También indicó que más que ver lo que se puede mejorar del entorno, lo que interesa es que lo venga a partir de ahora se pueda controlar. A esto unió el que la red que se constituyó para hacer el estudio pueda continuar como red de seguimiento para determinar en tiempo real si hay alguna desviación respecto a la línea base marcada con este informe. Sin embargo, alertó que cualquier desviación que haya en el futuro tendrá que ver si es imputable a la incineradora o no.

No obstante, añadió que "todo es mejorable" pero argumentó que hay que ver hasta que punto los gastos pueden estar justificados. En su opinión, alrededor de Cogersa hay una serie de industrias y actividades diversas, así como autopistas, por lo que sería una labor conjunta de todos el mejorar el medio ambiente de la zona.

Asimismo, destacó que el objetivo de la incineradora debería ser "incidencia cero". A su juicio, no es tecnológicamente imposible y comparó la situación con la de un hospital, en el que es más fácil encontrarse un microbio que en un parque. Para él, lo importante es mantener los parámetros actuales y controlar cualquier desviación. "Luego que la sociedad juzgue qué desviación está dispuesta a tolerar", apuntó.

Fuera de oportunismo político

Junto a él estuvo el consejero de Infraestructuras, Francisco González Buendía, quien tildó de "tontería" que Bloque por Asturias diga que la incineradora no se va a hacer por falta de dinero. Según él, si se planificara en función de los recursos del día a día estaríamos "inmovilizados en todos los aspectos de la política". Actualmente se está trabajando en la planificación urbanística por una parte, en la técnica también y en los pliegos, entre otras cosas.

Buendía recordó que el plazo dado para la incineradora es de 70 meses y que se irá paso a paso por todos los trámites, medioambientales, urbanísticos, con periodos informativos y de participación pública, para llegar a 2015 con esa solución. "Que nadie entre al remate del oportunismo político de la crisis porque realmente es una decisión de futuro que tiene que tomarse y ya se tomó", aseguró.

También recalcó que el estudio lo realizó una entidad de total confianza para los asturianos y gracias a él se podrá ver el impacto real que tiene la incineradora una vez que esté en marcha.

Éste señaló que donde más impacto se puede producir pero dentro de los límites legales admisibles es en las propias instalaciones de Cogersa, para lo que se están aplicando medidas correctoras y se seguirá haciendo.

Buendía incidió en que estamos en un centro de tratamiento de residuos y no en un parque natural. "Que nadie se vuelva loco, no vamos a convertir esto en un parque natural", agregó. El consejero indicó que el centro es modélico para el país y que se seguirá actuando dentro de los parámetros de la legalidad.

Por otro lado, recordó que ayer se celebró en Madrid la conferencia sectorial con la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, en la que se abordó el anteproyecto de la Ley de Residuos para la trasposición de la Directiva Europea y en la que quedó claro que la planta de valorización energética es uno de los elementos de eliminación de residuos admitido por la UE y por todas las Comunidades Autónomas españolas, "del color que sean", apostilló.

Buendía apostó por no ser utópicos y señaló que por mucho que se avance en las tres 'R' (Reducir, Reutilizar y Reciclar) y aunque Asturias se ponga a la cabeza mundial en este aspecto, siempre habrá una fracción resto, a la que hay que dar solución. "El debate está superado para nosotros", apuntó.

Parámetros razonables

Respecto al estudio, denominado 'Zoreda-Zero', Buendía indicó durante la presentación que había sido "muy concienzudo" y que se inició en 2007 por un equipo multidisciplinar de la Universidad. El consejero destacó el "cuidado exquisito" de Cogersa en sus actuaciones, aunque matizó que todo cuidado es poco".

Por este motivo, se realiza el informe para que se sepa cuál es el estado real de la zona y que "no vengan determinados paracaidistas a contaminar la opinión pública". Asimismo, aseguró que se tomarán todas las medidas y se utilizarán tecnologías punta para evitar efectos adicionales.

Por su lado, Bueno resaltó que el estudio se realizó con total libertad, con una financiación ajustada a objetivos y con grandes facilidades tanto de Cogersa como de los vecinos del entorno. "De entrada el paciente está bien", dijo. En su opinión, cualquier desviación de los parámetros actuales se va a poder percibir.

El estudio se llevó a cabo desde febrero de 2007 a marzo de este año, con un presupuesto de 245.000 euros, de los que 50.000 se emplearon en la compra de equipos de registros de datos.

Aunque se deja claro que la decisión de ubicar Cogersa en la Zoreda fue "técnicamente justificada", también se reconoce su impacto negativo con una degradación ambiental "moderada", aunque paliado por políticas de información, de compensación y de implicación.

Asimismo, se constató la "buena salud del arbolado" y ausencias esperables vinculadas a la deforestación en lo que se refiere a la fauna, con escasa presencia de algunas especies, como el azor -de interés especial—, ardillas, víbora, ranas o salmón, por ejemplo.

También se aprecia una "aceptable calidad del aire, que sólo presenta excepciones puntuales e incidentales que pueden justificarse en buena medida", refleja el estudio, mientras que e lo referente al aerosol captado o sedimento, los niveles están por debajo de los valores de alarma. Además, son bajos los niveles de la familia dioxinas y PCBs hallados en el aire y no se puede considerar que el suelo esté contaminado con metales considerados tóxicos.

Sobre el ruido, los niveles más altos se corresponden a los producidos en la autopista y en ciertas operaciones en la zona de materiales de construcción de Cogersa. En cuanto al olor, se presenta de forma irregular, con mezcla de contribuciones típicas de las prácticas ganaderas -estiércol y purines—, aunque con más presencia en las propias instalaciones.

También en el entorno de Villabona se percibe una componente pútrida de olor posiblemente vinculada a la instalación de depuración de aguas residuales de baja eficacia para los requerimientos actuales. Por todo ello, se sugiere instalar sistemas de apantallamiento y otras medidas paliativas de los efectos, así como la puesta en marcha de plantas como la incineradora.

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