Los suníes participarán hoy en las elecciones en Irak porque quieren enmendar la Constitución

Los árabes musulmanes suníes de Irak quieren corregir "el error" que supuso el boicot a las anteriores elecciones y participarán hoy, jueves, en las nuevos comicios parlamentarios en busca de una fuerza suficiente que les permita enmendar una Constitución que no aceptan.

La votación, la tercera este año en el país, pondrá fin al proceso de transición diseñado por EEUU y permitirá la elección del primer parlamento no provisional desde la caída, en abril de 2003, del régimen de Sadam Husein.

Políticos, religiosos e incluso grupos armados suníes han pedido repetidamente en las últimas semanas a sus correligionarios que acudan a las urnas. El objetivo, afirman, es evitar que se repita el "error" del pasado enero, cuando los suníes -un 20 por ciento de los 24 millones de habitantes de Irak-, boicotearon las elecciones en las que fue elegida la actual Asamblea de transición, dominada por los chiíes y los kurdos.

Los suníes, en los que se apoyó Sadam, son ahora "conscientes de este error" y buscan la formación de un Ejecutivo equilibrado en lugar del actual gabinete, controlado por kurdos y chiíes, dijo Jamis Hasnaui, líder del clan Buisa, de la provincia rebelde de Al Anbar (oeste).

Deshacerse del actual gobierno

Los miembros de este clan, así como la mayoría de los habitantes de Al Anbar, la provincia más grande de Irak y feudo de la insurgencia, "ven estos comicios como una oportunidad única para deshacerse de la injusticia del actual gobierno y de sus planes confesionales". Postura parecida expresaron varios líderes populares y habitantes de ciudades consideradas rebeldes, como Ramadi, donde abundan fotografías de los candidatos suníes y pancartas en las que se insta a sus correligionarios a "no perder la oportunidad".

Además, varios grupos armados suníes han distribuido un comunicado en Al Anbar en el que advertían al brazo de Al Qaeda en Irak, del prófugo jordano Abu Musab al Zarqaui, de que no ponga en práctica sus amenazas y no ataque los colegios electorales.

Esta situación llevó a Tarek al Hachemí, líder del Partido Islámico Iraquí, principal grupo político suní, a pronosticar que "el día las elecciones será tranquilo, ya que las facciones de la resistencia comprenden que estos comicios son importantes".   Comentaristas iraquíes señalan que los árabes suníes esperan ocupar suficientes escaños en la nueva cámara que les permitan negociar la enmienda de algunas cláusulas en la Constitución que, en su opinión, tiende a abolir la identidad árabe y musulmana de Irak y consolida el sectarismo.

En el texto constitucional, aprobado en referéndum el pasado octubre gracias a los votos de los chiíes y los kurdos, existe una cláusula que permite abrir negociaciones para enmendarla cuatro meses después de las elecciones legislativas.

La inseguridad

La inseguridad que domina el país desde la invasión en marzo de 2003, es otra de las grandes preocupaciones de los habitantes de ciudades suníes como Ramadi, Faluya y Al Qaim, blanco de repetidas ofensivas militares que provocaron el desplazamiento de decenas de miles de personas. El diario local "Al Sabah" publicó recientemente un sondeo en el que aseguró que "para la mayoría de los iraquíes, la seguridad ahora es más prioritaria que la democracia, por lo que quieren ahora un gobierno capaz de reducir la violencia".

El Ministerio del Interior ha adoptado medidas de seguridad sin precedentes para evitar acciones terroristas, incluido el toque de queda de las 10.00 de la noche a las 06.00 de la mañana, y el cierre de las fronteras y los aeropuertos, medida que será aplicada hasta el viernes.

Además, la policía ha establecido puestos de control en las entradas de las 18 provincias de Irak que restringen el movimiento de los viajeros, mientras que se ha reforzado la seguridad alrededor de los colegios electorales y las instalaciones vitales en todo el país.

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