El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se mostró hoy "orgulloso" de la calidad de los productos y de las instalaciones de la empresa cárnica Salami S.L., con sede en Santander y primera PYME del sector alimentario cántabro en obtener certificación ambiental.

El jefe del Ejecutivo cántabro visitó hoy esta fábrica que tiene su origen en la carnicería 'El Cuerno', fundada en 1958 en la calle Vargas por el ya fallecido Antón López, y que en 1978 pasó a ser una empresa con mayores instalaciones.

Revilla elogió tanto las instalaciones de la empresa, como su calidad sanitaria y su limpieza, e hizo hincapié en la "calidad" de sus productos, de los que se declaró "consumidor compulsivo", en especial de los callos, que, según dijo, están siempre "en su nevera" y él complementa con chorizo de León, la tierra de su esposa.

El presidente cántabro recorrió las instalaciones de la empresa, que ocupa unos 5.000 metros cuadrados, da trabajo a 28 personas y y produce unos 100.000 kilos de embutido al mes. Revilla se hizo fotos con los empleados y habló con ellos, sobre cuestiones como la jubilación.

Una de las trabajadoras le sugirió que utilizara sus productos como obsequio, al igual que suele hacer Revilla con las anchoas, a lo que el presidente le respondió preguntándola si tenían algo que tuviera "guindilla" o "chile mejicano" para dárselo al ministro de Fomento, José Blanco, después de que este haya expresado su pretensión de que la conexión de AVE de Cantabria con Madrid se haga a través de Bilbao.

El presidente cántabro también alabó el carácter familiar de esta empresa. Su gerente, Juan Antonio López, explicó que lo que hay ahora es el "fruto del trabajo de toda una vida" de su padre, Antón López, cuyo retrato mostró a Revilla.

Salami es el "reflejo de lo que él era", una empresa que "mira por la calidad", como siempre quiso su padre en un trabajo que luego continuó su madre, Mercedes Martínez.