La artista Concha Velasco se definió hoy como una actriz "feliz de poder vivir otras vidas en el escenario", un lugar en el que aseguró que no teme a nada. "Me da miedo la oscuridad, la muerte, el más allá y el más acá, pero en el escenario nada me puede pasar porque para mí es la vida", manifestó.

La intérprete realizó hoy estas declaraciones durante la rueda de prensa de presentación en el Teatro Olympia de Valencia del espectáculo 'La vida por delante', que estará cartel desde hoy y hasta el próximo 20 de junio.

Velasco reveló que esta función será con la que, "seguramente", termine su trabajo como actriz en el teatro. En este sentido, explicó que "las personas y las actrices mayores se van volviendo tristes y amargadas injustamente y yo he sabido aceptar el momento que vivo, como mujer y como actriz".

"En el cine y la televisión, a medida que cumples años, los papeles van siendo más pequeños pero no en el teatro, afortunadamente; aun así, lo único que haría después de 'La vida por delante' es recordar algunos textos que he hecho y otros que no he hecho", agregó la artista, que aseguró entre risas que esto le gustaría tanto que si no consigue sacarlo a un escenario lo hará en su casa "invitando a grupos para que lo vean".

Igualmente, hizo notar que ya no le da tiempo a hacer todas las obras que ha ido "dejando en el camino", sobre todo porque cada vez que se ha embarcado en un proyecto sobre las tablas ha triunfado tanto que ha durado tres o cuatro años. "Y yo nunca dejo un éxito", aseveró.

Este es también el caso de 'La vida por delante', un montaje dirigido por Josep Maria Pou y que cuenta en el reparto con Carles Canut, José Luis Fernández y Rubèn de Eguia. Concha Velasco destacó la buena sintonía existente con todos ellos y el hecho de que está aprendiendo del joven Rubèn de Eguia la ilusión de "subir al escenario como si fuera la primera vez". Asimismo, apuntó que si no admira o tiene 'feeling' con sus compañeros acaba dejando las obras.

En esta pieza, basada en la novela de Romain Gary que obtuvo el Premio Goncourt en 1975 bajo el pseudónimo de Emile Ajar, Concha Velasco encarna a Madame Rosa, una ex prostituta judía superviviente del campo de Auschwitz que regenta en su hogar una suerte de guardería para niños marginados. La obra se inicia con la noticia de que no podrá cuidar a más menores a causa de una enfermedad por lo que se desarrolla una historia de amor y soledad con Momo, el único niño al que aún cobija.

La artista reconoció que ha sido uno de los papeles más difíciles de su carrera porque "tiene de todo" y se mueve entre la tragedia y la comedia. Agregó que, más allá de la peluca y el maquillaje, lleva a este personaje "muy dentro" y recalcó que habla de cosas tan importantes como la libertad, el fanatismo religioso o la eutanasia.

Velasco alabó asimismo la labor de dirección de Josep Maria Pou, a quien comparó con Adolfo Marsillach por ser también uno de los "grandes actores y directores de este país". "Hoy en día hay muchos montajes en los que los árboles del director no dejan ver el bosque", declaró la intérprete, que resaltó que "esto no sucede con un director tan inteligente como Pou". MUSICALES

Por otra parte, y preguntada por si piensa participar en algún nuevo musical, opinó que "no es el momento". "Se siguen haciendo musicales que son un poco McDonald's, con todos los respetos, porque hay intérpretes y músicos maravillosos pero no se crean espectáculos musicales como 'Mamá quiero ser artista', 'Carmen Carmen' o 'Hello, Dolly'. "Me encanta el musical pero no creo que se pueda hacer ahora. Sería algo pequeñito", dijo la actriz haciendo un juego de palabras con el título de la canción que representó a España en el último festival de Eurovisión.

Por último, Concha Velasco incidió en que es "bastante feliz". "No quiero ser feliz por si Dios me pone la zancadilla", bromeó la actriz, que dijo que el único "pequeño problema" que tiene es que no tiene tiempo para ver tanto como quisiera a su nieto.