Desde UCE se refirieron a la queja de una chica que contrató un curso por más de 1.000 euros, y tras no entregarle el material e estudio, la academia le aseguró que le anularía la financiación con el banco. Seis meses después estaba inscrita en un registro de morosos y el banco le exige el pago más los intereses.

Otro caso concreto es el de otro usuario que vio un anuncio en la prensa en que ofertaban un puesto de trabajo indefinido con salario de 1.200 euros. Se decidió a llamar y terminó firmando un contrato de formación a distancia. Pero el trabajo no existía, se trataba de unas oposiciones que ni siquiera estaban previstas.

A nivel general, según UCE, el primer problema suele surgir al comprobar que en el contrato inicial, la academia sólo se comprometen a la entrega del material de estudio, "sin reflejar por escrito lo ofertado, es decir, prácticas en empresas o puestos de trabajo".

Otro de los principales motivos de queja es el relativo a la financiación del curso, puesto que en la mayoría de los casos el usuario firma un contrato de financiación del que no le entregan copia alguna. En UCE recordaron que una vez firmada la financiación es el consumidor quien asume el pago con la entidad financiera. "De ahí que sea de vital importancia informarnos debidamente del curso a contratar y de los detalles y pormenores de la financiación", dijeron.

Así, desde UCE aconsejaron solicitar siempre la copia de todo lo que se firme. "Nos encontramos ante un sector cuya regulación se limita tan sólo a una serie de códigos éticos de autorregulación adoptados por los sectores de enseñanza privada de idiomas y de educación a distancia", dijeron. No dejarse guiar únicamente por la publicidad, rechazar los que pidan el pago por adelantado, exigir toda la información del curso por escrito, exigir una copia del contrato firmado y conservar toda la documentación, incluida la publicidad del curso.