Obligados a vivir en pisos cada vez más pequeños, los exteriores con los que la mayoría de la gente cuenta se reducen a un simple balcón. Los de los pisos de ciudad suelen ser de lo más pequeño. El ruido, la polución y las miradas de los vecinos o transeúntes, terminan haciendo que estos espacios sean desaprovechados. Pero no tenemos por qué renunciar a ese espacio íntimo y relajante que tanto ansiamos, aseguran desde Fotocasa.

Para empezar, lo principal es despejar el espacio. A menudo utilizamos el balcón como trastero: los juguetes de los niños, las bicis, las plantas, los tendederos… si queremos tranquilidad, deberemos buscar otra ubicación para estos objetos.

Después de deshacernos de todo aquello que sobre, acondicionaremos el espacio. Pintar las paredes, quitar el óxido de la barandilla y pintarla, y hasta cubrir el suelo con madera o pintar las baldosas son algunas de las soluciones más “radicales”. Otras más sencillas son colocar un enrejado de bambú u otros acabados en la barandilla para darle la intimidad necesaria. Los toldos también ayudarán a este objetivo y nos permitirán estar más frescos.

Lograr un espacio cómodo y funcional pasa por la distribución del espacio, evitando sobrecargarlo de muebles y otros objetos. Así, adaptaremos la decoración a los usos que queramos darle al balcón (lugar de lectura o trabajo, rincón para las tertulias, pequeño comedor…), teniendo siempre en cuenta la dirección del sol a la hora de colocar los elementos.

Finalmente, podemos completar la decoración de nuestro pequeño espacio con textiles frescos y ligeros, de colores vivos y alegres, ideales para el buen tiempo. No pueden faltar, claro, las plantas o flores y las velas. Una opción ecológica y práctica son las luces y lámparas solares que nos alumbrarán de noche sin gasto alguno de energía. Las velas y lámparas colgantes no ocupan espacio y resultan realmente vistosas por la noche.

Fuente: hogar.fotocasa.es