La fatiga intensa, el dolor musculoesquelético o los desórdenes en el sueño son los principales síntomas de la fibromialgia, y los que también hacen que, al darse sobre todo en los principales años de productividad, las bajas laborales se conviertan en algo habitual en estos pacientes.
Sin embargo, estas incapacidades laborales temporales se asocian a un tipo de trabajo determinado, así como a unas circunstancias concretas del paciente, según explica un estudio realizado por un grupo de investigadores españoles de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Según la investigación, los pacientes cuyos trabajos presentan una actividad sedentaria superior son los que mayor índice de bajas laborales sufren. En cuanto a la capacidad funcional, los pacientes con baja laboral son los que tienen una capacidad funcional más deteriorada, además de presentar una situación clínica peor.
Esta conclusión indica que, a diferencia de lo que pueda creerse, en aquellos trabajos que implican un mayor esfuerzo físico, y por lo tanto un mayor cansancio, las bajas relacionadas con su enfermedad en pacientes con fibromialgia son mucho más reducidas que en trabajos comúnmente denominados como de oficina, donde se dan más casos.
En el estudio han participado más de 300 pacientes con una edad media de 49 años y con una duración media de la enfermedad de alrededor de una década. De éstos, 171 pacientes estaban en activo, aunque el 67,8% de estos pacientes trabajadores había necesitado pedir al menos una baja a causa de la enfermedad durante los últimos doce meses.
Este trabajo, que se publicará próximamente en la revista científica Rheumatology International, indica también que la media de días de baja por enfermedad en este grupo de pacientes con fibromialgia es de 44 días por año.
Los pacientes con fibromialgia sufren un importante impacto a causa de la enfermedad, no sólo por sus secuelas físicas, sino por lo que la enfermedad en sí implica en el terreno personal, familiar y, como se ha podido ver en este estudio, también en el laboral. De hecho, las personas que sufren esta patología reumática son las que peor percepción tienen de su calidad de vida en relación con otras enfermedades crónicas.
Los costes derivados de las bajas temporales o permanentes por discapacidad de los pacientes con fibromialgia son los principales factores del coste total tan elevado de la enfermedad.
Son varios los estudios que han indicado que los pacientes con fibromialgia que continúan en su ocupación laboral tienen una mejor percepción de su estado de salud. No obstante, todavía no se conoce si los pacientes están mejor porque trabajan o, por el contrario, siguen trabajando precisamente porque se encuentran en una situación clínica mejor.
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