"Los datos que recojan los equipos de campo, que rellenarán unas fichas informativas, se cruzarán con los informes meteorológicos y los estados de actividad de las empresas químicas", explicó la concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tarragona, que avanzó a las asociaciones de vecinos los detalles de un sistema de monitorización de olores mediante el que se aspira a mejorar el control de las fugas de gases.

En esencia, tal y como ha reiterado la directora general de Medio Ambiente de la Generalitat, Maria Comelles, se necesita "ampliar la red de informadores y mejorar la calidad de la información", y en ello trabajarán los especialistas de la URV, de modo que se puedan trazar simulaciones más precisas de los mapas de trayectoria del aire.

Este sistema, que funciona con éxito desde hace varios años en la localidad de Alcocer —próxima al polígono norte de Tarragona—, necesita de una mayor transparencia de la industria química, y requiere también estrategias conjuntas de las administraciones públicas.

Los representantes vecinales han valorado positivamente la iniciativa municipal y se muestran dispuestos a cooperar, pero no ocultan su decepción por la escasa capacidad de reacción del Ayuntamiento, ni escepticismo respecto a la voluntad de cooperación del sector químico que, por otra parte, posee todos los permisos ambientales en regla como garantía de que cumple toda la normativa de prevención.

El citado programa para erradicar el problema de los malos olores se va a ejecutar paralelamente al estudio encargado por la Generalitat a la empresa especializada Odournet, con sede en Holanda