Condenado a 15 años de prisión al acusado de prender fuego y matar a un vecino en Torreperogil

La Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a 15 años y un día de prisión por un delito de asesinato al hombre acusado de prender fuego y matar a un vecino de su finca en la localidad jiennense de Torreperogil.

En la sentencia, consultada por Europa Press, se especifica en los hechos probados que el 29 de mayo de 2008 el procesado acudió a su parcela de cepas, donde se encontró a la víctima, un hombre de 81 años de edad y con el que mantenía un litigio penal por la determinación de sus lindes. Tras sacar sus herramientas, entre las que se encontraba un hacha, una azadilla y una lata con gasolina y "aprovechándose de la avanzada edad" de la víctima, esgrimió el hacha, tras lo que la víctima salió corriendo.

El fallo refleja que el procesado le siguió y le dio un golpe por detrás en la cabeza, lo que hizo que la víctima cayera al suelo "aturdida". "Aprovechando su situación de desvalimiento que anulaba sus posibilidades de defensa y con la finalidad de causarle la muerte, le prendió seguidamente fuego", apunta. Aunque el procesado creyó que la víctima había muerto al recibir el golpe, "falleció como consecuencia de la inhalación de gases y de la acción directa del calor del fuego".

Tras esto, se subió a su coche y en su casa se cambió de ropa para ir al despacho de un abogado que le acompañó hasta las dependencias de la Guardia Civil, "colaborando en todo momento con la fuerza instructora y confesando el óbito".

Así las cosas, F.R.R. fue condenado como autor un delito de asesinato, con la concurrencia de la atenuante de confesión a las autoridades de la infracción, a la pena de 15 años y un día de prisión con la prohibición de residir en Torreperogil durante diez años. Además, recoge una indemnización para la viuda de 120.000 euros y para cada uno de sus tres hijos de 20.000 euros.

El juicio

El fallo judicial ha llegado después de que el pasado miércoles el jurado declarara culpable de un delito de asesinato al procesado. Este juicio comenzó con la declaración del acusado que expuso que el día de los hechos coincidió con la víctima en su finca y que el fallecido empezó a insultarle e incluso fue a por él con una azadilla, si bien él consiguió quitársela mientras la víctima decía que le iba a matar, según expuso.

El acusado relató que llevaba muchos años de "sufrimientos" debido al carácter de la víctima, con la que tenía abierto un litigio penal ya que supuestamente el fallecido había movido mojones de la finca del acusado apropiándose de parte de su terreno y que como ese proceso judicial se demoró "mucho" —precisamente al mes siguiente tenían el juicio tras haber puesto la denuncia en 2003— cayó en una "depresión", "con ansiedad" y tenía la cabeza trastornada. A todo ello añadió que la víctima le había hecho "mucho daño" y que le tenía "acosado" hasta el punto de que le perseguía "de noche y día" y le tenía amenazado.

Por todo ello, sostuvo que cuando ese día se dirigió hacia él la víctima con esa presunta intención de matarle, se le acumuló todo ese sufrimiento "de años" y se formó "un volcán" dentro de él, por lo que tras quitarle esa azadilla fue tras él y le dio un golpe con una de sus herramientas. "Él se cayó, no se movía ni lamentaba", aseguró, para agregar acto seguido que se arrepintió "espontáneamente" de lo que había hecho, por lo que decidió entregarse en el cuartel de la Guardia Civil.

En la segunda jornada comparecieron los peritos que examinaron el cadáver, quienes indicaron que la víctima no murió por el golpe que recibió en la cabeza, sino que la causa principal de la muerte fue la inhalación de gases además de la acción directa de las llamas, es decir, que el golpe pudo en todo caso dejarle inconsciente, pero que tras recibirlo siguió vivo y mientras le rociaban con gasolina y prendían fuego estaba respirando.

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