Las directrices estratégicas del Programa de Desarrollo Rural, incluidas en el decreto por el que se regula la ejecución de los programas de desarrollo rural sostenible en Cantabria, priorizan la rehabilitación de viviendas frente a otras actuaciones en esta materia, especialmente la de aquellos edificios que reúnan unas cualidades constructivas, históricas o culturales.

Estas directrices especifican que dichas actuaciones deberán condicionarse al cumplimiento de requisitos de eficiencia energética y de respeto a las tipologías edificatorias características del espacio rural en que se ubican dichas construcciones, según el contenido de las mismas, consultado por Europa Press.

Al mismo tiempo, contemplan favorecer la utilización como segundas residencias de las viviendas tradicionales en las zonas rurales a revitalizar, y asistir técnica y financieramente a los municipios en la redacción de los planes y normas urbanísticas cuando no dispongan de ellos, siempre que los desarrollos previstos sean compatibles con lo establecido en las directrices.

En general, estas directrices orientarán, y en su caso condicionarán la localización territorial de las medidas derivadas del Programa de Desarrollo Rural, favoreciendo la compatibilidad de los planes y actuaciones que se lleven a cabo en cada zona rural en función de sus características y potenciales.

Su objetivo es ampliar la base económica del medio rural mediante la preservación de actividades competitivas y multifuncionales y la diversificación de su economía con la incorporación de nuevas actividades compatibles con un desarrollo sostenible; mejorar y elevar el grado de bienestar de la población del medio rural, asegurando unos equipamientos, dotaciones y servicios públicos básicos adecuados y suficientes que garanticen la igualdad de oportunidades y la no discriminación, especialmente de los colectivos más vulnerables o en riesgo de exclusión; y recuperar, preservar y conservar el patrimonio en sus aspectos natural y cultural y ponerlo en valor como recurso socioeconómico fundamental del medio rural a través de actuaciones públicas y privadas que permitan su utilización compatible con un desarrollo sostenible. Las directrices perseguirán como objetivo operativo reforzar la integración a distintos niveles y la articulación territorial entre los núcleos urbanos y los espacios rurales que configuran el área funcional. En especial, en las zonas con mayores dificultades de accesibilidad a los núcleos urbanos de mayor nivel, los núcleos intermedios deberán potenciarse para proporcionar infraestructuras, equipamientos y servicios así como facilitar el acceso a mercados de trabajo más importantes, amplios y diversificados. Estas directrices pretenden incorporar al objetivo común del desarrollo rural que está presente en las distintas figuras, como planes y programas territoriales que se ejecutan en Cantabria, un enfoque estratégico de equilibrio territorial complementario.

Es el caso del Programa de Desarrollo Rural Feader 2007-1013, de los Programas Operativos del Feder y el FSE para el periodo 2007-2013, los planeamientos municipales, el Plan de Ordenación del Litoral, el Plan Forestal, el Plan de Recuperación del Oso Pardo, el Plan de Carreteras, el Plan Regional de I+D+i, el Plan Energético (incluyendo el Plan Eólico), los mapas Escolar y Sanitario, el Plan de Residuos de Cantabria 2006-2010, el Plan de Calidad del Aire de Cantabria, los planes derivados de la aplicación de la Directiva Marco del Agua en Cantabria, la Estrategia de Acción frente al Cambio Climático de Cantabria 2008-2012, los diferentes PORN de los espacios naturales protegidos, etc.

En particular, destaca el Plan de Gobernanza 2008-2011 que contempla los Planes Comarcales de Desarrollo Rural Sostenible dentro de su Eje 8 'Sostenibilidad, Gestión de los Recursos Naturales y el Territorio y Preservación de la Biodiversidad', y atribuye la responsabilidad de su ejecución a la Dirección General de Desarrollo Rural.

Las Directrices Territoriales de Ordenación Rural se clasifican en dos categorías: unas generales para la programación, destinadas a la elaboración de los distintos Planes de Zona y su funcionamiento; y otras directrices generales para las actuaciones (relativas a las actividades económicas y al empleo; a las infraestructuras y equipamientos básicos; a los servicios y bienestar social; y al medio ambiente).Las Directrices relativas a los servicios básicos y bienestar social incluyen actuaciones en materia de educación, cultura, sanidad, protección social y urbanismo y vivienda, mientras las relativas a las infraestructuras y equipamientos básicos incluyen las infraestructuras y actuaciones relacionadas con las energías renovables, las infraestructuras hidráulicas y las acciones en materia de tecnologías de la información y la comunicación.

Entre ellas se encuentran las vías de comunicación y transporte público, con el objetivo de garantizar la conectividad de las poblaciones rurales entre sí y con los núcleos urbanos de referencia, otorgando una particular atención a la accesibilidad para los habitantes de todos los núcleos habitados a los diferentes servicios básicos, según su localización: comercio, educación, sanidad, cultura, ocio, etc; las principales necesidades de movilidad derivadas de la localización del trabajo para la población activa de cada núcleo habitado; y las particulares necesidades de transporte y movilidad derivadas de las actividades económicas consideradas estratégicas para la zona rural.