Estudiosos en la obra de Crémer señalan la independencia y libertad de un autor que "bailaba con la censura"

El hijo del escritor participa en Valladolid en una mesa redonda sobre su padre

Estudiosos de la obra del burgalés afincado en León Victoriano Crémer, fallecido el pasado año, destacaron hoy el "compromiso con la libertad" y la independencia total de un autor que, como periodista, tuvo el "mérito" de "bailar" con la censura franquista e incluso de "ser respetado por ella".

El periodista leonés Félix Cacho, autor del libro 'Victoriano Crémer: el periodista' (2009), señaló durante una mesa redonda en torno al poeta y novelista celebrada en Valladolid con motivo de la XLIII Feria del Libro, que Victoriano Crémer estaba "comprometido con la libertad de expresión" en su vida personal y profesional, tanto desde la radio como desde las secciones que escribía en publicaciones como la falangista 'Proa'.

"Era un maestro de esquivar las trabas a la libertad de expresión de aquellos momentos, a veces saltaba con barbaridades pero daba quiebros de saltimbanqui", aseveró Cacho, quien relató que la propia censura llamaba al escritor para pedirle que "dulcificara" ciertas cuestiones. "Ahí llegaba la ascendencia de Crémer entre los editores y censores", apostilló.

Según expresó, el que fuera redactor en periódicos como 'El Diario de León' o 'El Norte de Castilla' "conjugaba su libertad con la realidad que le tocó vivir" y "arriesgaba el pellejo con una gimnasia de campeón olímpico burlando las trabas". "Escribía como podía, nunca totalmente heroico y nunca cobarde", añadió.

De la misma forma se expresó el hijo de Crémer, Francisco, quien resaltó la "gran independencia" de su padre ante partidos políticos y grupos de toda índole a pesar de que "pudo arrimarse a los lugares donde mejor daba el sol".

"olor de la tinta"

Francisco Crémer se refirió asimismo a cómo su padre, defensor del anarcosindicalismo y encarcelado durante la Guerra Civil, sobrevivió al régimen franquista por su buen hacer como tipógrafo y jefe de taller, que le valió su libertad.

Tanto él como Félix Pacho dejaron patente la vinculación del poeta a la "tinta" durante toda su vida desde que de pequeño comenzara vendiendo periódicos. "Amaba con delirio el olor de la tinta", aseguró Pacho, quien rememoró cómo Crémer permanecía al lado de la rotativa de 'Proa' a la espera del primer ejemplar del diario.

"Siempre dejaba el trabajo hecho aunque estuviera de vacaciones y publicaba uno o dos libros al año", explicó el hijo, orgulloso de que hasta 20 días después de su muerte, con 102 años, los diarios siguieran recogiendo sus escritos o de que a los 101 años recibiera el Premio de Poesía Gil de Biedma.

La mesa redonda celebrada hoy, organizada por la Feria del Libro y el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, participaron asimismo el gerente de dicho instituto, Alejandro Sarmiento, y la profesora palentina Beatriz Quintana, que recordaron la vida del novelista ante medio centenar de personas.

La Feria, que permanecerá abierta hasta el 9 de mayo, exhibe en su pabellón de exposiciones la muestra 'Manuscritos y garabatos de Victoriano Crémer', en la que se incluyen 23 dibujos y más de 30 poemas manuscritos, algunos de ellos inéditos, del último periodo de la trayectoria del escritor.

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