El jurado inicia la deliberación en el juicio contra el acusado de matar a un vecino de Torreperogil

Las siete mujeres y dos hombres que integran el jurado designado para decidir el grado de responsabilidad del hombre acusado de matar a un vecino de su finca en Torreperogil (Jaén) recibieron esta mañana el objeto del veredicto y ya han podido iniciar las deliberaciones, según fuentes judiciales cercanas al caso consultadas por Europa Press.

El jurado deberá decidir si el acusado es responsable de un delito de asesinato o de homicidio así como qué circunstancias modificativas, agravantes o atenuantes, se le pueden aplicar, de tal forma que una vez que haga público su veredicto el juicio quede visto para sentencia.

La vista comenzó el lunes con la declaración del acusado, que testificó que el día de los hechos, el 29 de mayo de 2008, coincidió con la víctima en su finca y que el fallecido empezó a insultarle e incluso fue a por él con una azadilla, si bien él consiguió quitársela mientras la víctima decía que le iba a matar, según expuso.

El acusado relató que llevaba muchos años de "sufrimientos" debido al carácter de la víctima, con la que tenía abierto un litigio penal ya que supuestamente el fallecido había movido mojones de la finca del acusado apropiándose de parte de su terreno y que como ese proceso judicial se demoró "mucho" —precisamente al mes siguiente tenían el juicio tras haber puesto la denuncia en 2003— cayó en una "depresión", "con ansiedad" y tenía la cabeza trastornada. A todo ello añadió que la víctima le había hecho "mucho daño" y que le tenía "acosado" hasta el punto de que le perseguía "de noche y día" y le tenía amenazado.

Por todo ello, sostuvo que cuando ese día se dirigió hacia él la víctima con esa presunta intención de matarle, se le acumuló todo ese sufrimiento "de años" y se formó "un volcán" dentro de él, por lo que tras quitarle esa azadilla fue tras él y le dio un golpe con una de sus herramientas. "Él se cayó, no se movía ni lamentaba", aseguró, para agregar acto seguido que se arrepintió "espontáneamente" de lo que había hecho, por lo que decidió entregarse en el cuartel de la Guardia Civil.

En la segunda jornada comparecieron los peritos que examinaron el cadáver, quienes indicaron que la víctima no murió por el golpe que recibió en la cabeza, sino que la causa principal de la muerte fue la inhalación de gases además de la acción directa de las llamas, es decir, que el golpe pudo en todo caso dejarle inconsciente, pero que tras recibirlo siguió vivo y mientras le rociaban con gasolina y prendían fuego estaba respirando.

Los forenses justificaron que estaba vivo cuando ardió porque hallaron signos de vitalidad de ello, tales como una infección hemorrágica en la traquea o "numerosos signos" de asfixia en los pulmones. Así, indicaron que es "indudable" que sufrió una asfixia.

Al concluir la prueba pericial, las partes elevaron a definitivos sus escritos, proceso en el que el ministerio fiscal modificó determinadas conclusiones agregando que se aprecie bien alevosía bien ensañamiento en la actuación del acusado y apreciando la atenuante de confesión, con lo que rebajó su petición de prisión de 19 a 17 años. La acusación particular mantuvo su escrito, en el que solicitaba 25 años de cárcel, mientras que la defensa cambió su escrito para que se consideran muy cualificadas las atenuantes que mantiene.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento