En los garitos en los que se suelen reunir se puede encontrar un ambiente de lo más variado, pero predominan dos arquetipos: el oso, tipos grandes con pelo en pecho y barba poblada; y el cazador, que puede ser cualquier persona en busca de un hombrón al que conquistar.
No hace falta pertenecer a la rama de los plantígrados para acudir a estos locales; eso sí, se recomienda dejar los prejuicios y la vergüenza aparcados fuera.
Bears es una buena opción, con un portal de madera que evoca la cabaña de un leñador, pequeñito y con encanto. También se puede probar con el Hot, el pionero de toda esta corriente en Madrid. Surgió hace muchos años (allá por 1996) con el Club de los gorditos, que vinieron a marcar sus orígenes.
Este bar es más grande y espacioso, con un tipo de música que tira hacia estilos pop- rock y unos clientes muy identificados con la filosofía del mismo.
Algo más heterogéneo es el ambiente del Enfrente, justo en la acera de al lado del anterior local y perteneciente a los mismos dueños. Su música tira algo más hacia la electrónica. Está distribuido en varias plantas y tiene un pequeño cuarto oscuro para los más atrevidos.
La huella del oso ya está plantada en la noche de la ciudad... y cada vez está más de moda.
Tomanota'
Hot. * Infantas, 9. Chueca. Todos los días, de 18.00 a 3.00 h; V y S, hasta las 3.30 h. Entrada gratuita. www.hotbar.com.
Enfrente. * Infantas, 12. Chueca. De jueves a domingo, de 20.00 a 3.00 h. Entrada libre.
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