Según el relato fiscal recogido por Europa Press, el acusado había sido denunciado por agresión el 30 de marzo de 2008. A resultas de dicha denuncia, la Fiscalía solicitó para él tres años de cárcel y el pago de una indemnización por un total de 13.600 euros.

Una vez notificada la petición fiscal, el imputado fue al taller donde trabajaba la persona que le había denunciado y le amenazó para que retirara la denuncia. El imputado le llegó a decir que lo mismo le daba ir a la cárcel por la agresión anterior "que por algo más gordo". De hecho, le obligó a apuntar un número de teléfono donde confirmar la retirada de la denuncia.

Pese a las amenazas, la denuncia no fue retirada y se celebró el juicio, en el que el imputado fue condenado, por sentencia firme, a nueve meses de prisión y al pago de una indemnización a la víctima de 6.630 euros