Mañana viernes, 23 de abril, se cumplirá un año desde que una explosión de gas destrozara dos de las cuatro plantas del edificio número 20 de la calle Zacarías Martínez, ubicada en el barrio del Perpetuo Socorro de la capital altoaragonesa.

La explosión causó tres muertos y heridas a siete personas y, además, ocho familias tuvieron que ser desalojadas de sus casas. Ocho meses después, los informes técnicos permitían la reconstrucción del inmueble, pero la compañía aseguradora aún no ha dado a conocer el proyecto para reconstruir el edificio.

Los afectados por aquella explosión desean regresar a sus domicilios cuanto antes. El senegalés Omar Niag residía en la cuarta planta de este edificio junto a su padre, Dtiby Niag, quien resultó gravemente herido, y es sobrino de uno de los fallecidos, Dauda Niag.

En declaraciones a Europa Press, aseguró que quieren "volver a casa" y que, frecuentemente, se acercan a ella, a pesar de que físicamente no existe. "Queremos volver", insistió Omar Niag, para relatar que cuando pasan por delante del que fue su hogar, aunque "nada se puede hacer, recordamos cosas".

Coincidiendo con el primer aniversario del suceso, heridos, familiares y amigos de los vecinos agradecen todo el apoyo recibido. En un comunicado, Djiby Niag, nacido en Keur Bassine-Sen, un pueblo de Senegal, hace 52 años y vecino de Huesca desde hace 18 años, recuerda lo ocurrido hace un año.

Djiby Niag tiene tres hijos, Omar, Fatima y Maty, y compró el piso 4º B de la calle Zacarías Martínez de Huesca el año 2005, donde vivía con su hijo Omar y su hermano Dauda, que murió en la explosión. "Me enteré de su muerte cuatro meses después, cuando mi hijo me lo dijo y lo pasé muy mal", lamenta, para indicar que, en su caso, "quedé herido muy grave y me salvaron los bomberos, los policías y los médicos del Hospital San Jorge", donde fue atendido de sus heridas para, después, asistir a la rehabilitación en el Hospital Provincial.

Djiby Niag destaca la ayuda de "los médicos, las enfermeras, mis amigos y mi primo Lamine" durante el tiempo en que estuvo enfermo, para afirmar que "a todos les doy las gracias desde lo hondo de mi corazón. Estoy muy agradecido a las personas de Huesca. Todos se han portado muy bien", asegura, para agregar que "estoy esperando que arreglen el piso para vivir otra vez con mis vecinos y vivir en paz con todos".

Por otra parte, la Asociación de Senegaleses residentes en Huesca también ha manifestado su gratitud por la ayuda que recibieron tras este suceso. "Gracias a todas las personas profesionales de Huesca, a las autoridades y a todas las personas que ayudaron a las personas el día de la explosión que mató a un amigo de Senegal, Dauda Niag, y a dos personas más".

En un comunicado, la asociación añade que "desde la explosión nos hemos sentido acompañados por amigos españoles que antes no conocíamos y otros que nos han dado confianza".