Las investigaciones se iniciaron, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que el 18 de enero una persona que se encontraba en la estación de metro de Burjassot fue víctima de un tirón y le sustrajeron un teléfono móvil de última generación.

Durante las investigaciones, los policías averiguaron que el teléfono móvil denunciado como sustraído había sido vendido por un hombre que supuestamente se dedicaba a la venta de objetos electrónicos de ilícita procedencia.

Como consecuencia de las investigaciones, los policías averiguaron la identidad del sospechoso y la localización de su domicilio de Valencia, así como que habitualmente se encontraba en una pastelería cercana a su domicilio en la que captaba a los clientes a quienes posteriormente vendía los efectos que almacenaba en su domicilio.

Los policías le detuvieron después de establecer un dispositivo en torno al domicilio, en el que le intervinieron 11 teléfonos móviles. El detenido, que se encontraba en situación irregular en España, fue puesto en libertad tras ser oído en declaración con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando fuera requerido.