A los caminos tradicionales para buscar empleo se ha unido con fuerza y éxito en los últimos años los portales de empleo. Ya no sólo se leen las ofertas que publican los periódicos, se envían currículums o se visita la oficina del INEM, estos canales han crecido en número de usuarios y sólo el año pasado fueron seis millones las personas que acudieron a esta vía para bucar trabajo, según un informe elaborado por Consumer-Eroski sobre estos canales.

Las ventajas parecen evidentes: es más económico, más rápido y con mayor oferta que la de los sistemas tradicionales. Para comprobar sus resultados, Consumer dio de alta durante 6 meses (de julio a diciembre de 2009) 50 currículos con sus correspondientes cuentas de correo electrónico en cuatro de las principales web de sector: Infojobs (que superó en marzo de 2009 los 3,2 millones de visitas), Infoempleo.com, con 1,5 millones de visitas; Trabajar.com, con 1,1 millones de internautas, y Monster, un portal de empleo de referencia internacional.

Las webs no pueden garantizar el éxito en la búsqueda de trabajo, porque su labor se limita a la intermediación y a la información. Pero sí está entre sus cometidos remitir ofertas de empleo que se adecuen al perfil y a las demandas del usuario.

En este sentido, el informe señala que menos de la mitad de las ofertas recibidas, excluidas las que se repetían, se ajustaban a las características de los candidatos seleccionados (un 41% frente a un 59% de propuestas que no respondían a los intereses o a la formación del usuario). En Monster, es el propio candidato quien debe realizar la búsqueda de ofertas que se envían al correo electrónico oportuno.

Por portales de empleo, en Trabajar.com se halló el mayor porcentaje de ofertas vinculadas al perfil del candidato (un 45%), aunque la diferencia no es muy significativa si se compara con las proporciones registradas en Infojobs e Infoempleo (en ambos casos, un 40%). Como aspecto negativo, Trabajar.com sobresale, y con diferencia, como la  web en el que el número de ofertas repetidas fue muy superior a los anuncios nuevos. La proporción señala que cuatro de cada cinco ofertas recibidas eran repetidas.

Los 50 currículos diseñados por Consumer pertenecían a personas ficticias con un perfil diferente: 24 eran universitarias, diez tenían una formación profesional; diez, la educación obligatoria; y sólo seis no tenía estudios. La mitad de los currículos correspondían a mujeres y la otra mitad a hombres. En cuanto a la edad, 24 de los perfiles era menor de 30 años, otros 20 tenían entre 31 y 45 años y los seis restantes eran mayores de 46 años. Sólo diez de los perfiles seleccionados carecía de experiencia laboral y la mitad de los que sí la tenían estaban en el paro.