A sus seis añitos, debían ejercer de etólogos y sacar sus propias conclusiones sobre el comportamiento de los animales. Bloc de notas en mano, los observaron durante todo el curso con una periodicidad mensual.

Mientras se interesaban por lo que hacían los chimpancés, aprendieron a leer y a escribir, a documentarse, a compartir la información, a hacer esquemas y más cosas. Lo más importante, destacaba ayer su maestra, Xus de Miguel, es que ellos mismos elaboran el conocimiento. La dirección del Zoo se ha implicado en el proyecto y está maravillada con los resultados. Este curso los niños han pasado de la observación a la investigación, pero maestra y estudiantes sueñan con ir más allá. Sueñan con ir a África y conocer a los chimpancés en su medio natural. La clase ha escrito a Jane Goodall, primatóloga ganadora del Premio Príncipe de Asturias, para decirle que quieren ayudarla y tratar de promover que se cree una reserva de chimpancés en Guinea Ecuatorial.