El sábado terminó el plazo para que todas las motocicletas y ciclomotores de la Comunidad Valenciana con más de dos años desde su puesta en circulación pasaran la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para controlar su nivel sonoro.

Sin embargo, según la Asociación de Entidades Concesionarias de la Comunidad Valenciana (Aecova), de los casi 283.000 vehículos que debían pasar esta revisión, sólo lo han hecho un 10%, unos 28.000.

Multas de 60 euros

Por su parte, la Policía Local de Valencia inició ayer una campaña preventiva que durará hasta el próximo 28 de febrero para controlar que los vehículos han pasado la inspección obligatoria.

Como la mayoría no lo ha hecho aún, quedan expuestos a una sanción de 60 euros y a una retirada de la documentación. No se la devolverán hasta que, en un plazo de 15 días, se certifique que se ha pasado la correspondiente comprobación de nivel de ruido emitido.

Mientras, todo aquel que no lo haya hecho, podrá evitar la correspondiente sanción si pasa la ITV antes de ser descubierto por alguno

de los controles policiales.

Los propietarios de motocicletas y ciclomotores podrán acudir a cualquier estación de la ITV para pasar la inspección de control sonoro. El precio de la misma es de 9,28 euros; para pasarla, los vehículos no podrán superar los dos decibelios en los que está establecido el límite legal.

Una inspección cada dos años

La obligatoriedad de pasar esta inspección surge como consecuencia de la aplicación del decreto 19 sobre normas para el control del ruido producido por los vehículos a motor, aprobado el 13 de febrero de 2004 por el Consell de la Generalitat. Según esta normativa, las motocicletas y ciclomotores tienen un plazo de seis meses (que acabó el sábado) para pasar este control, que se debe repetir cada dos años.

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