La construcción de un edificio convierte a otro en una ratonera

El nuevo muro está a 1,20 metros de la finca afectada y los vecinos, que se han quedado sin luz solar, llevan el caso ante el Síndic de Greuges.
Los vecinos tocan con la mano el muro del nuevo edificio.
Los vecinos tocan con la mano el muro del nuevo edificio.
Manolo S. Urbano
Los vecinos tocan con la mano el muro del nuevo edificio.
Sus vistas se acaban en un muro. Eso es lo que denuncian los vecinos del inmueble de la calle Francesc Moragas, número 8, de l’Hospitalet de Llobregat.

A raíz de la construcción de un edificio, situado en la calle Famadas, se ha limitado la iluminación por la parte posterior del bloque de viviendas colindante en las estancias principales, como el comedor. Una de las afectadas, Araceli Pérez, que vive en el tercer piso, asegura a 20 minutos que desde la ventana de su salón hasta la nueva pared que se ha levantado sólo hay «1,20 metros de separación».

Además, en el lado de su dormitorio, se lamenta de que a «50 centímetros» tiene una barandilla de la otra propiedad. «La estancia se hace claustrofóbica e insegura. No queremos indemnizaciones, tan solo que nos dejen respirar», añade. La finca colindante se empezó a construir hace dos años en un antiguo solar y ahora prácticamente está finalizada.

Los residentes, que llevan movilizados desde que se iniciaron las obras, han dejado el tema en manos del Síndic de Greuges y también están agotando la vía administrativa por responsabilidad civil del patrimonio. 
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