La consellera de Agricultura y Pesca, Mercè Amer, acompañada del director general de Desarrollo Rural, Antoni Perelló, presentaron hoy este programa, cofinanciado al 50% por el Estado y por las administraciones insulares.

El PDRS está estructurado a partir de cinco ejes temáticos, como son el de las actividades económicas y ocupación, infraestructuras, servicios y bienestar social, medio ambiente, y el eje no territorial en el que se incluyen áreas como la de cultura o protección social.

En Baleares el PDRS se llevará a la práctica a partir de tres planes (uno para las Pitiusas, otro para Mallorca y un tercero para Menorca) que están siendo elaborados por el Govern y los Consells Insulars.

La consellera balear señaló que se trata de "un acuerdo muy importante, tanto por la inversión que supondrá como por el hecho que se consagra la figura de los contratos territoriales como figura transversal y centrales del PDRS".

"La figura de los contratos agrarios es muy importante de cara al futuro porque permite premiar a aquellas explotaciones que desarrollan prácticas agrarias respetuosas con el entorno natural y cultural del país", destacó Amer.

Estos contratos existen desde 2005 y en la actualidad ya benefician a un centenar y medio de explotaciones menorquinas con un presupuesto anual de poco más de un millón de euros.

El plan de Mallorca, que elabora la Conselleria, pretende impulsar acciones que supongan inversiones en materia de formación, cooperativas, promoción de productos agrarios, planos de emergencia de riesgos naturales, gestión de residuos, educación ambiental o racionalización del uso del agua y lucha contra el cambio climático, entre otras actuaciones.

En diciembre del pasado año se firmó un convenio entre el Gobierno central y el Govern para realizar proyectos pilotos de actuaciones del PDRS en Baleares por valor de cinco millones de euros.

Se han presentado siete proyectos pilotos, algunos de ellos ya en ejecución, como la adaptación de la finca de Raixa para usos de las razas autóctonas; el Proyecto Atardecer (de la Cooperativa de Sóller); el programa Proalfa (uso de agua depurada para la producción de forraje); la reutilización de instalaciones ganaderas abandonadas en Campos y Ses Salines; el contrato agrario de Menorca; el Centre de Educación Ambiental de Can Marines (Eivissa); y otro de replantación de árboles.