CC.OO. y CGT aseguraron hoy que el Acuerdo de Desarrollo Profesional alcanzado en solitario entre Renfe Operadora, UGT y el sindicato de maquinistas Semaf constituye la "mayor desregulación" de los derechos laborales de los trabajadores en la historia de la compañía que además, según coincidieron sus máximos representantes, tendrá una repercusión especialmente grave en Valladolid, donde el Taller Central de Reparaciones perderá la máxima categoría de que disfrutaba hasta ahora y se verá abocado a la "Segunda División".

En tales términos se expresaron los secretarios estatales de CC.OO. y CGT del Sector Ferroviario, Juan Carlos Cáceres y José Manuel Poliz, respectivamente, quienes abogaron por que el referido acuerdo, que entraría en vigor a partir del 1 de julio, sea "combatido" para evitar que sea aplicado finalmente, de ahí que en calendario de movilizaciones figure ya como primera medida la concentración-manifestación programada para el próximo día 29 del presente mes ante la sede del Ministerio de Fomento, en Madrid, y "otras más contundentes" para mayo que no fueron concretadas.

Y es que ambos sindicalistas, quienes advirtieron de que el acuerdo ha sido rubricado por dos sindicatos que representan tan sólo al 22 por ciento de los trabajadores, frente a un 70 por ciento que no lo ha hecho, criticaron que lo pactado en materia de Desarrollo Profesional supone aplicar en Renfe Operadora una "reforma laboral impuesta, sin diálogo social", precisó Juan Carlos Cáceres, quien añadió que ello constituye el mayor atentado contra los derechos laborales de la plantilla tras treinta años de negociación y quince convenios colectivos.

Entre las principales repercusiones del acuerdo figura el cambio de categoría del Taller Central de Reparaciones de Valladolid, en el sentido de que si hasta la fecha, junto con el de Málaga, ocupaba la más alta, dentro de las tres establecidas (A, B y C), a partir de su entrada en vigor bajará a la A.1. "Estos talleres se han caracterizado siempre por ser impulsores de los cambios en la construcción, mantenimiento y formación, si bien ahora alguien nos dice que son de Segunda División", censuró Cáceres, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, no descartó, irónicamente, acudir al entrenador Javier Clemente para evitar esa pérdida de categoría.

Peligra el futuro taller.

Pero además, tal circunstancia, como así denunció el responsable de CC.OO, se traducirá en que los 530 trabajadores que integran la plantilla de las instalaciones vallisoletanas perderán, desde el punto de vista salarial, una media de 1.000 euros anuales. "No sólo se pone en duda la viabilidad del taller que ya hay sino que puede poner en entredicho el nuevo y plantear que se construya en otro lugar", apostilló el representante de CC.OO.

Éste no dudo al calificar el acuerdo entre UGT, Semaf y Renfe Operadora de "insolidario, injusto, innecesario e inoportuno", máxime cuando la compañía finalizará 2010 con un déficit de 5.200 millones de euros, y anunció que el mismo supondrá destrucción de empleo al sustituir las categorías profesionales por grupos profesionales y se desregulará totalmente la actual jornada laboral de 40 horas semanales de lunes a viernes, ya que "la empresa podrá fijar turnos de siete días".

En este sentido, Cáceres explicó que a partir del 1 de julio la puesta en marcha de grupos profesionales supondrá que un trabajador con la máxima cualificación podrá desempeñar tareas de otro con la más baja, y viceversa, salvo en aquellas tareas para las que se exija titulación específica.

"Estamos seguros de que la plantilla de Renfe Operadora, integrada en España por 13.900 trabajadores, 600 menos de los que debería de tener este año según marca el contrato-programa, se verá reducida a final de 2010 a unos 13.500 con esa asunción a mayores de tareas que establece la sustitución de las categorías por grupos profesionales", vaticinó Cáceres.