Autobuses que se saltan paradas o que no abren a los viajeros cuando ya han salido. Éstos son los motivos mayoritarios por los que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) recibió el año pasado 1.651 quejas de los usuarios (un 4,8% más que en 2008), según el balance de la Oficina de Atención al Cliente, al que ha tenido acceso 20 minutos.

De ellas, 1.467 están relacionadas con el comportamiento de los conductores, y 183, con el mal funcionamiento de sus líneas. En este sentido, el presidente del Comité de Empresa de la EMT, Vicente Moreno, ha explicado que «en el 90% de los casos, los conductores no tenemos la culpa. Por ejemplo, si no abrimos la puerta a un viajero que viene corriendo cuando ya hemos salido es porque lo tenemos prohibido, y si en alguna parada no dejamos que suban los usuarios es porque desde el puesto de mando nos obligan a ir a la siguiente. También hay muchas reclamaciones porque no va el aire acondicionado o porque los buses están sucios».

En cuanto a las líneas con más quejas, Moreno apunta a «la 3, 8, 60, 89, 90 y a las nocturnas, en las que ahora es complicado hacer transbordo en la plaza del Ayuntamiento porque cada una sale a una hora. Antes coincidían».

Dos heridos por un chófer bebido

Irene y Estefanía volvieron a nacer la madrugada del pasado lunes 5 de abril. Eran la 1.25 horas cuando se disponían a pasar el semáforo que está en el cruce de la marginal del río para seguir en dirección a la Ciudad de las Ciencias con el puente del Real.

Entonces, según han explicado a 20 minutos familiares de las chicas, «el semáforo se puso en verde para ellas, arrancaron, y un autobús que venía de la parte de Viveros por el puente pasó cuando el semáforo se le acababa de poner en rojo arrollando al coche, que dio dos vueltas de campana». Por suerte, tras el autobús iba una ambulancia que atendió inmediatamente a las jóvenes, que presentaban policontusiones. Las mismas fuentes aseguraron que el autobús no transportaba viajeros, lo que evitó males mayores.

Para sorpresa de todos, el conductor de la EMT dio positivo en el control de alcoholemia al que le sometió la Policía Local, según han confirmado fuentes de este cuerpo. Aunque no precisaron qué graduación dio tras soplar, el familiar de una de las víctimas aseguró que alcanzó un 0,41, cuando el límite es de 0,15.

Por otra parte, fuentes del sindicato Apttuv, al que pertenece este conductor, explicaron que fue el coche el que se saltó el semáforo y confirmaron que el empleado está de baja. Desde la EMT no quisieron pronunciarse sobre el incidente.