Niño de las Pinturas ve "ridícula" la orden que le obliga a reponer el estado del muro en que hizo un graffiti

Raúl Ruiz, conocido como El Niño de las Pinturas, consideró hoy "ridícula" la orden emitida por el Ayuntamiento de Granada que le obliga a reponer el estado del muro de un edificio ubicado en el barrio del Realejo en el que realizó un graffiti a principios de febrero y por el que fue denunciado al vulnerar supuestamente la Ordenanza de la Convivencia.
Pintada En Granada Del 'Niño De Las Pinturas'
Pintada En Granada Del 'Niño De Las Pinturas'
EP
Pintada En Granada Del 'Niño De Las Pinturas'

Además, estudia cómo recurrir la decisión adoptada por la Comisión Técnica Municipal de Seguimiento del Plan Especial de Protección Centro, ya que considera que "ni es un chaval de 14 años" para que le impongan "condenas como las del juez Calatayud" ni es un "delito" su pintada, ya que contaba con el permiso de los propietarios del inmueble y había informado al Ayuntamiento de que la iba a realizar, explicó hoy a Europa Press.

Ruiz, que no tendrá que pagar una multa, negó que la paleta de colores utilizada en su graffiti vulnere la recomendada por el Plan Centro, ya que empleó "sepias, tierra, o crema" y, sobre la reposición al estado inicial del muro, ubicado en la calle Vistillas de los Ángeles, el graffitero recordó que, antes de comenzar su trabajo, podía leerse en éste 'Graná, la repolla'.

"Yo necesito pintar en mi barrio, en el que además me apoyan mucho, porque por toda la zona han colocado carteles en los que los vecinos dicen que aquí apoyamos el graffiti", incidió el artista, que incidió en que la pintada no se hizo en zona de especial protección.

Así lo contempló en su día la Fiscalía de Medio Ambiente, que no vio relevancia penal en el graffiti, porque se situó en un edificio a más de 50 metros de la zona de especial protección que no podía ser además considerado como Bien de Interés Cultural, por lo que no se contempló que atentara contra el patrimonio histórico.

Fue a principios de febrero cuando Ruiz comenzó a hacer su pintada en el inmueble cuando fue requerido por los agentes, que le advirtieron que estaba vulnerando la Ordenanza de la Convivencia, tras lo que el graffitero les mostró un permiso del dueño del edificio y una instancia presentada ante la Gerencia Municipal de Urbanismo. No obstante esta última no había sido contestada, por lo que se consideró que el autor de la pintada no contaba con la preceptiva autorización.

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