Inmaculada Contreras, la concursante más maleducada y dañina para la convivencia que ha pasado por Gran Hermano, abandonó el jueves la casa de Guadalix de la Sierra.

Pero la expulsión trajo una novedad en el programa. La organización decidió que la andaluza viera la reacción de sus compañeros tras ser expulsada, algo nunca visto en Gran Hermano. Un duro varapalo, aunque sobradamente merecido, para una concursante que debería haber abandonado la casa el pasado fin de semana.

Inma, durante toda su estancia en la casa, se ha dedicado proferir insultos de todo tipo contra sus compañeros, enfrentándolos y amenazando a todo aquel que no quería ser su esbirro.

Al margen de la pelea con Dayron -si el empujón lo da un chico está fuera del programa de inmediato, sin segundas oportunidades-, lo más lamentable de la estancia en Gran Hermano de la viperina concursante ha sido la humillación pública y cruel a la que ha sometido -a sus espaldas, claro- a la concursante Raquel López, despreciando su aspecto físico con un vocabulario en el que sólo cabe el odio. Justa y necesaria expulsión.

Sexo en la casa

La imagen tórrida de la gala fue la emisión de un vídeo protagonizado por Jesús y Saray en el que se escuchaba cómo ambos mantenían una apasionada relación sexual bajo una especie de tienda de campaña montada por Pepe. Tan apasionada que la niña buena de Saray -que las mata callando- sacó las uñas, y nunca mejor dicho. La espalda de Jesús no miente.

Por lo demás, la vida en la casa de 'GH 7' sigue igual, con Sara montando escándalos y cogiéndose berrinches de niña consentida cada dos por tres, Javier cortejando a la influenciable Raquel y Pepe librando batallas por todas partes.