La crisis satura de tareas a las madrileñas

  • Hay 245.433 varones en paro que no colaboran en las tareas domésticas.
  • Muchas amas de casa trabajan ahora fuera para lograr ingresos extras.
  • A su papel de madre y esposa se suma ahora también el de "psicólogas".
Una mujer realizando tareas domésticas.
Una mujer realizando tareas domésticas.
Una mujer realizando tareas domésticas.

Las amas de casa madrileñas no dan abasto. La crisis económica ha dejado en el paro a 245.433 hombres de la región (maridos e hijos), que a pesar de tener más tiempo libre siguen sin asumir las tareas domésticas. Además, muchas mujeres apartadas del mercado laboral intentan volver a él para obtener un dinero extra, según explican desde el Consejo de las Mujeres de Madrid (compuesto por 35 asociaciones y unas 100.000 representadas).

Los colectivos de mujeres de la región han visto "duplicarse" en los últimos meses el número de amas de casa dispuestas a salir al mercado laboral. Según la Encuesta de Población Activa, desde que empezó la crisis, 450.000 mujeres inactivas (dedicadas a sus labores) lo han intentado (90.000 de ellas madrileñas).

En todos los casos el perfil es muy similar: tienen entre 45 y 55 años, escasa experiencia previa porque aparcaron el trabajo remunerado hace años y han visto recortados los ingresos del hogar al tener al menos un familiar que está desempleado.

Empleadas domésticas

Pero encontrar un trabajo remunerado fuera del hogar no es el único problema del millón de amas de casa que se estima que hay en la región (algo más de cuatro millones a nivel nacional). Como consecuencia de la crisis, estas mujeres han recuperado tareas de las que se habían desentendido hace tiempo.

La caída en picado de los ingresos familiares ha obligado a sacrificar a las empleadas domésticas (que hacían el trabajo más duro) y a las auxiliares geriátricas (figura que había florecido en muchos hogares para hacerse cargo de la asistencia y el aseo de las personas mayores o dependientes). Ahora son las amas de casa las que han vuelto a asumir este trabajo al no poder pagar una asistenta.

Desde la asociación Mujeres Opañel (Carabanchel) explican que las ofertas que ellas mismas gestionan para trabajar como empleadas de hogar han disminuido un 75%. "Las mujeres que antes buscaban ayuda ahora nos dicen que lo van a hacer ellas mismas", explican desde la ONG. Pero prescindir de la empleada doméstica no es lo único que ha saturado de trabajo a las mujeres. La reducción de los gastos de ocio (se come y cena menos fuera) ha echado también más carga sobre las espaldas de las amas de casa (que ya asumían el 70% de las labores domésticas) y las ha puesto de nuevo ante los fogones.

Internet o videoconsola

Y todo sin que los desempleados varones asuman las tareas de la casa, a pesar de permanecer en ella buena parte del día. Son un "lastre, no sólo no colaboran, sino que se deprimen, se paralizan y no buscan ayuda", explican desde la Federación de Mujeres Progresistas, que atribuyen también a las esposas y madres un papel de "psicólogas" para mantener el equilibrio emocional dentro de los hogares con uno o más miembros parados.

Además, estos colectivos han detectado "nuevas adicciones" a las que se enganchan los recién despedidos, en especial los más jóvenes. "Se pasan el día en Internet o con la videoconsola", dicen.

Las mujeres madrileñas no son las únicas que soportan sobre sus espaldas los reveses de la crisis. Un reciente informe elaborado con 2.500 barcelonesas se saldó con los mismos resultados: cada vez tienen más faena dentro de casa, intentan obtener unos ingresos extras para el hogar trabajando fuera y todo eso está generándoles una situación de tensión, angustia y estrés. Y no es para menos a tenor de los datos que manejan los sociólogos: sólo a comprar, cocinar y alimentar a niños y ancianos se dedican 1.000 horas al año por hogar.

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