Según informó el sello granadino a Europa Press, el trabajo 'Obras completas', reúne títulos del Premio Cervantes en 1976 como 'Cántico', 'Aire nuestro' o 'Clamor'. En este sentido, la obra recoge la consideración sobre el autor y su obra de críticos y escritores como la opinión de Ángel Valbuena en 'Historia de la Literatura Española', donde afirmó que Guillén es "un verdadero y constante poeta, y una plena representación de lo individual en la circunstancia de toda una época".

Por su parte, la editorial recoge la palabras del norteamericano Stephen Dobyns que dijo que en la obra de Guillén hay "un trallazo de emoción que uno no encuentra ni en la poesía de los Estados Unidos ni en la de otras partes de España" y reiteró que "ningún americano tendría el coraje de escribir el verso 'Todo lo bello es triste mientras exista el tiempo'".

Asimismo, Julia Uceda en 'La configuración de lo perdido' apuntó que "el hombre no es otra cosa que tiempo y memoria, pero en Guillén se da un matiz que, en cierto sentido, parece modificar al tiempo, el espacio". De esta manera, señaló que "Rafael Guillén crea espacios donde hubo o pudo haber tiempo".

"Con una obra al margen de las modas y preocupada, desde una perspectiva existencial y trascendente, tanto de los problemas sociales como del amor, se ha confirmado como uno de los grandes poetas de los últimos años", dijo Jesús Bregante en 'Literatura española (Diccionario Espasa)'.

Por su parte, el catedrático de la Universidad de Granada Antonio Sánchez Trigueros afirmó que Guillén es "el poeta de la palabra precisa y de la versatilidad expresiva, poeta de tradición, moderno y vanguardista, distanciado de modas, poeta de la sorpresa en cada rincón del poema, poeta reflexivo, indagador del ser en la palabra, poeta del tiempo como proceso de vida y como proceso de muerte, poeta del amor más allá de la arruga, poeta de la duda, poeta que trastorna, que perturba, poeta de los límites, poeta de los mil temas y los mil matices".

El vallisoletano, nacido en 1893, comenzó Filosofía y Letras en Madrid, con domicilio en la Residencia de Estudiantes, y se licenció en la Universidad de Granada. Durante estos primeros años realiza varios viajes por Europa, y ocupa el puesto de lector en la Universidad de La Sorbona (París) hasta 1923. Así, según añadió el sello granadino, en 1919 conoce a Germaine Cahen, con la que se casará dos años más tarde, y comienza la redacción de 'Cántico'.

Al mismo tiempo, inició su labor crítica en diferentes periódicos y publica sus primeros poemas sueltos en revistas. En 1926 toma posesión de la cátedra de Literatura de la Universidad de Murcia. Dos años más tarde, apareció en la Revista de Occidente la primera edición de 'Cántico'. Guillén consiguió un lectorado en la Universidad de Oxford, donde permaneció hasta 1931, cuando se incorpora a la Universidad de Sevilla. La Guerra Civil le sorprende en Valladolid, y tras un breve encarcelamiento en Pamplona, vuelve a su Cátedra de Sevilla.

De otro lado, subrayó que su destierro comenzó en julio de 1938, ejerciendo entonces su labor docente en las Universidades de Middlebury, McGill (Montreal) y en el Wellesley College, donde será profesor hasta su jubilación en 1957. En 1976 recibió el Premio Cervantes y al año siguiente se instaló definitivamente en España, falleciendo en Málaga el 6 de febrero de 1984.