Una muestra revive en Valencia la aventura para salvar el patrimonio artístico español durante la Guerra civil

En noviembre del año 1936 las obras más importantes del Museo del Prado y otras piezas fundamentales del patrimonio español, como 'Las Meninas', entre otras, viajaron por decisión del Gobierno de la República de Madrid a Valencia para ser protegidas de los bombardeos que sufría la nación tras el estallido de la Guerra Civil. Fue una auténtica "aventura" para salvar algunas de las piezas clave de la creación española y universal que ahora se revive con la muestra 'Arte Salvado', que desde hoy se puede contemplar en la Nau, el edificio histórico de la Universitat de València.

La muestra 'Arte salvado. 70 aniversario del salvamento del patrimonio artístico español y de la intervención internacional' está organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) con la colaboración de la Universitat de València con el objetivo de difundir una de las historias "más apasionantes y olvidadas" de la contienda, como fue la evacuación del patrimonio artístico realizada por el Gobierno de la República, así como la intervención del Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles, para evitar su destrucción.

La selección, que se podrá contemplar hasta el próximo 30 de mayo, llega a Valencia tras haberse exhibido en la explanada del Museo del Prado de Madrid, ya que su itinerancia —que también incluye Barcelona y Figueres— reproduce el recorrido que las piezas siguieron entre 1936 y 1939.

La muestra está pensada para un espacio urbano, con el fin de "popularizar" este episodio histórico, y presenta un montaje "atrevido". Así, el espectador se encuentra rodeado de grandes cajas de embalaje que evocan a las que transportaron las valiosas piezas en medio del conflicto bélico y sobre las que se explican los hechos a través de paneles didácticos.

Estos embalajes dejan entrever además reproducciones a tamaño real de las obras más representativas salvadas y que fueron pintadas por maestros como Velázquez, Goya, Tiziano, Rafael, El Bosco, Ribera, Murillo y Rubens. Todo ello se acompaña con la proyección de dos documentales ('Salvemos el Prado', de Alfonso Arteseros, y 'Las cajas españolas', de Alberto Porlan), una serie de obras digitalizadas que revelan la importancia del patrimonio salvado y sonidos que simulan la caída de las bombas.

El comisario de la muestra, el profesor de Historia y Análisis del Arte Visual de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Arturo Colorado Castellary, explicó en el acto de presentación que la exposición "tiene un sentido narrativo y explica los avatares y peligros que sufrió el patrimonio artístico español durante la guerra civil" y que fueron ocultados por el "exterminio ideológico" que después aplicaría la dictadura.

Entre estos fondos, destacan los del Prado, de donde fueron evacuadas 525 pinturas, 198 dibujos y el Tesoro del Delfín, una de las colecciones más espectaculares del Prado, que reúne enseres y joyas del Gran Delfín Luis, hijo de Luis XIV de Francia. No obstante, también salieron de la capital piezas de la Biblioteca Nacional o del Palacio de Líria, propiedad del duque de Alba.

Arturo Colorado recalcó que la muestra plasma el "papel clave" que jugó Valencia en la salvación de los tesoros artísticos. La ciudad acogió en 1936 primero al Gobierno republicano y después las obras en dos edificios históricos, las Torres de Serranos, donde fueron protegidas con capas especiales hechas de tierra y arroz, y el Colegio del Patriarca, curiosamente a pocos pasos de donde hoy se puede contemplar la exhibición.

Además fue el creador valenciano Josep Renau, entonces director general de Bellas Artes, quien impulsó la Junta del Tesoro Artístico, el organismo encargado del proceso de evacuación de las obras.

Tras su estancia en Valencia, las obras tuvieron que volver a desplazarse en 1938, cuando las tropas franquistas amenazan con separar el suelo todavía en manos de la República por Castellón. Se produjo así la huída a Barcelona, en el transcurso de la cual se registró el único accidente de importancia de toda la operación.

"Concretamente al camión que transportaba 'El 2 de mayo' y 'Los fusilamientos del 3 de mayo', de Goya, se le derrumbó un balcón en Benicarló como consecuencia de un bombardeo y ambos lienzos sufrieron un desgarro importante, pero los cuadros fueron restaurados en Peralada, en 1938", relató el comisario.

Una vez en Cataluña, la exposición da cuenta de la gestación del Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles, que integraron los responsables de los museos más importantes del mundo democrático, como el Louvre, la National Gallery o el Metropolitan de Nueva York, y que contribuyó a la conservación de las obras.

Igualmente, la muestra se detiene en las dramáticas circunstancias en las que se firmó el Acuerdo de Figueras, por el que el Gobierno español permitía el traslado al extranjero de las obras pero puso la condición de que volvieran una vez acabada la guerra "a pesar de que sabían que la tenían perdida", subrayó el comisario, que recalcó que esto desmonta la "propaganda" franquista de que la República intentó vender las piezas.

"frente del arte"

El difícil paso a Francia desde el Ampurdán, el traslado de Perpiñán a Ginebra, el inventario de las obras salvadas, la exposición que se celebró en esta ciudad suiza y el regreso a España en septiembre del 39 se recuerdan también en la muestra. El itinerario se cierra con un epílogo sobre la deuda histórica contraída con todos aquellos que lucharon en el "frente del arte" durante la guerra por poner a salvo el patrimonio artístico español.

El catálogo editado reúne textos de Arturo Colorado Castellary, Miguel Cabañas, Enrique Pérez Boyero, Juan José Alonso, Esperanza Navarrete, Mayte García Julliard y Catherine Granger.

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