El obispo ve en las leyes del aborto y muerte digna "síntomas" de una "cultura de la muerte"

El obispo de Almería, Adolfo González Montes, trasladó hoy su convencimiento de que la humanidad "se llegará a arrepentir y horrorizar" ante prácticas "inhumanas y aberrantes" amparadas por las leyes del aborto o de muerte digna y advirtió que éstas son "síntomas" de la, a su juicio, "cultura de la muerte que soportamos, resultado de haber desfigurado la realidad de las cosas".
Obispo De Almería, Adolfo González Montes
Obispo De Almería, Adolfo González Montes
OBISPADO
Obispo De Almería, Adolfo González Montes

En una carta pastoral con motivo del inicio de la Semana Santa, González Montes expresa la "gran inquietud, imposible de acallar" que hace albergar en la Iglesia la aprobación reciente en la comunidad autónoma andaluza de la denominada Ley de muerte digna que, según asegura, presenta "riesgos patentes de ser utilizada para la práctica de la eutanasia".

Asegura, en esta línea, que la nueva legislación que "liberaliza el aborto en todo el territorio nacional" hasta hacerlo "una práctica libre, sin atención alguna al derecho fundamental a la vida" del que va a nacer, "ahoga" la ley moral que Dios "ha dejado impresa en nuestros corazones".

"Los pingües beneficios que resultan de esta práctica abominable" continúa en referencia a la interrupción del embarazo, y "los beneficios que seguirá dando a las clínicas abortistas" no pueden —ahonda— "ser encubiertos disfrazando el aborto como supuesto derecho de la mujer embarazada.

Al tiempo, el obispo almeriense advierte de que esta ley "en nada ayudará" a las mujeres que decidan abortar, "acosadas por circunstancias que el derecho positivo debería afrontar, para protegerlas de una tentación a la cual las puede empujar la falta de atención social y espiritual, de apoyo moral y económico para dar a luz sin riesgo y con esperanza el hijo de sus entrañas".

En su carta, González Montes señala como "preciso", asimismo, la abolición de la pena de muerte que sigue siendo una práctica en nuevos países y desgrana otros "síntomas de la cultura de la muerte" en la sociedad como "la privación de libertad por motivos políticos, ideológicos y religiosos, a veces hasta la tortura y la extenuación de la vida por el acoso criminal de regímenes totalitarios, los enfrentamientos raciales y los genocidios padecidos por poblaciones enteras o la persecución que padecen los cristianos en algunos países, provocando su huida al extranjero con la esperanza de proseguir su vida".

"El exiguo de crecimiento de la población autóctona en los países occidentales, hasta ahora y todavía los de mayor bienestar a pesar de la crisis financiera y económica que padecemos, es una alarma que ha saltado hace décadas por el egoísmo y la manifiesta enemistad con la vida" concluye mientras asegura "se ha perdido entre nosotros el equilibrio que resulta de la sucesión de unas generaciones por otras, al ritmo del nacimiento y crecimiento y maduración de la vida".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento