La sentencia, consultada por Europa Press, recoge que Ana María P.R., se hizo con los datos del marido difunto de otra mujer, toda vez que como había trabajando antes en su casa conocía el lugar donde la viuda dejaba las pertenencias de su esposo.

Una vez que tuvo en su poder los datos, los usó para realizar un contrato de venta y préstamo mercantil por una cuantía de 1.425 euros, en los que "simuló la identidad y firma del difunto", si bien al final no obtuvo beneficio alguno.

El tribunal argumenta que la acusada negó los hechos que se le imputan "dando una versión inconsistente" y así reconoce que trabajó en esa casa y que rellenó los documentos para realizar la compra y el préstamo mercantil, pero que no los firmó ella.

Por todo ello, fue condenada por un delito de falsedad en documento mercantil a la pena de seis meses de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo más el pago de una multa de 900 euros.