El hombre, de origen español, accedía a través de un inmueble abandonado para luego llegar a las terrazas, patios interiores o deslunados. A continuación, forzando una puerta ventana o arrancando la máquina del aire acondicionado con una palanqueta, destornillador o escarpe, se introducía en el interior del establecimiento, en la mayoría de ocasiones por los conductos de ventilación, para lo que retiraba las placas del falso techo de escayola.

Una vez dentro, con una pequeña linterna que la llevaba sujeta en la frente o bien en la boca, buscaba dinero en efectivo y pequeños electrodomésticos, como cámaras fotográficas, ordenadores portátiles y teléfonos móviles. Llegó a forzar las cajas registradoras, máquinas tragaperras y de tabaco. Con los objetos en su poder, los metía en su mochila que llevaba colgada en la espalda, y salía del local por el mismo camino que había entrado.

La Policía abrió una investigación e identificó y detuvo a este hombre. En ese momento le intervino dos linternas, dos navajas multiusos, unas tijeras, y dos relojes. El detenido, con más antecedentes policiales que años tiene, pasó a disposición judicial, donde se decretó su ingreso en prisión.