Raúl Hernández, un vecino de San Juan y Martínez (Cuba), según los expertos la mejor tierra del mundo para cultivar tabaco, ha tardado décadas en conseguir su "vaca enana".

En su parcela pastan ahora once vacas y siete toros de no más de un metro de altura, a los que este ganadero cubano, de 75 años, se dedica por entero desde que se jubiló, en 1998.

Hernández, conocido como "Pica-Pica" entre sus vecinos, asegura que estos animales podrían criarse en el patio de una casa y resolver las necesidades de leche de las familias porque producen entre cinco y siete litros diarios.

"Yo les llamo vacas de patio, porque pueden criarse ahí, como un animal doméstico", explica. Este ganadero cubano, que empezó a darle vueltas a la idea en los años 70, no ha conseguido estas pequeñas vacas con experimentos genéticos sino cruzando ejemplares de tamaño inferior al normal desde hace años. "Cruzo hermanos con hermanos y primos con primos, los más pequeños", una técnica que, según reconoce él mismo, puede parecer una "barbaridad" para otros ganaderos.

Utilizando esta misma técnica, Hernández pretende lograr vacas de 60 centímetros de altura y reducir el tamaño de los cuatro bueyes "enanos" que ha conseguido hasta ahora y que superan ligeramente el metro.

Entre tanto, disfruta con "Caramelo", su toro "estrella", "Paloma", una de sus vacas favoritas, y con sus terneras "Paloma II" y "Coquita", que apenas se levantan 60 centímetros del suelo. Una vaca adulta como "Campesina", uno de los ejemplares más altos de la finca de animales enanos de Hernández, se alimenta básicamente de marabú y produce hasta siete litros diarios de leche.

El bajo consumo de estos animales es un elemento a tener muy en cuenta, sobre todo en periodos de sequía como el que sufre Cuba por segundo año consecutivo, que ha provocado pérdidas millonarias y la muerte de decenas de miles de cabezas de ganado.

"Podría abastecer a una familia de sobra", afirma el ganadero, aunque su "Campesina" no alcanzará nunca a "Ubre Blanca", una Holstein-Cebú que a principios de los años 80 estableció varios récords mundiales de producción lechera. "Ubre Blanca", de la Isla de la Juventud, produjo en un día 109,5 litros de leche, "hazaña sin precedentes en los anales de la ganadería mundial", según reseñó entonces la prensa local. El éxito de esta vaca fue tal que no solo recibió la visita del líder cubano, Fidel Castro, sino que, tras su muerte, en 1985, mereció un monumento en la Isla de la Juventud.

Las vacas enanas de Hernández probablemente nunca llegarán a tener un monumento ni se acercarán a la producción de "Ubre Blanca", aunque el ganadero no se desanima. "Sigo buscando conseguir vacas más pequeñas, y si yo falto podrá seguir con el proyecto mi esposa, que es ingeniero agropecuario".