La granadina Amparo Sánchez (1970) fue pionera de la fusión en España junto a Amparanoia. Una década después se atreve sola con el disco Tucson-Habana.

Un concierto que ofreció en Canadá le abrió el camino a una carrera en solitario.

Tuve que tocar en un formato muy acústico y tuvimos muy buena acogida. Me di cuenta de que tenía esa necesidad de cantar con menos instrumentos y de transmitir y crecer a través de la voz.

Los Calexico la escucharon y la invitaron a ir a Tucson.

Ellos están influenciados por México y la frontera. También grabé en Cuba. Y nunca pensé que algún día grabaría allí con Omara Portuondo. Fue un regalo.

El desierto saharaui aparece en el bonus track del CD.

Ir a los campamentos te marca, te haces muchas preguntas. La única manera de curar ese sentimiento fue hacerles una canción.

¿Se arrepiente del cambio?

Siento que ahora soy más libre. En Amparanoia, además de creadora y productora, era mamá de todo el mundo a mi alrededor.