"Siempre hay que hablar de la salud democrática", apuntilló y alertó sobre la desafección que la gente siente de la política. "Hay una desconexión evidente entre progreso técnico y progreso social o moral, y eso afecta a la percepción que se tiene de la política".

Asimismo, advirtió de que hay gente "interesada" en que no se sepa qué es ser demócrata. "¿Es suficiente querer ser demócrata, sabemos serlo para ejercer como demócratas la ciudadanía?", se preguntó. "La democracia es una planta con poco tiempo y muy frágil, hay que aprender a cuidarla, hay que aprender a ser demócrata", añadió.

El secretario general de la FSA-PSOE apuntó como uno de los mayores peligros para la tolerancia el no saber discernir lo que debe y lo que no debe tolerarse. "Por eso, la formación para la ciudadanía es esencial", defendió.

Javier Fernández también se refirió al lenguaje, y a su perversión. "Han destruido la verdad con el lenguaje", y puso como ejemplo la utilización que hizo el franquismo como instrumento de dominación. "Eso ha pasado siempre y está pasando ahora, y las palabras siguen viendo violentado su significado", apuntó según se recoge en la página web de la Federación.

"Se controlan las opiniones a través de un lenguaje que nos habla de la inevitabilidad, y nos dicta un discurso que además niega la política", dijo al tiempo que señaló que "sólo los vendedores de crecepelo de la democracia son los que ofrecen prescindir de la democracia". Igualmente, alertó del peligro de los que quieren una democracia "más plebiscitaria y más populista".

Fernández se refirió a frases hechas, como la de que "todos los políticos son iguales" o "tenemos los políticos que merecemos". "Pero somos gente que gestiona asuntos opinables y controvertidos, y es más peligroso gestionar política que lo que hace un registrador de la propiedad", defendió.

Al respecto, pidió "retirar" de la política a los políticos que quitan credibilidad a dicha actividad. "El mayor daño que se hace a la política es el de aquellos que tienen una concepción puramente penal de la política, que dicen que si no vas a la cárcel, todo vale", aseberó reivindicando "la separación de la moral política de la penal".

Por último, Javier Fernández pidió reflexionar sobre "cosas inquietantes, como que un juez jaleado cuando investigaba a un partido de izquierdas, sea ahora demonizado cuando investiga tramas corruptas en un partido de derechas". Así, recordó que "el caso Naseiro se convirtió en el caso Manglano —el juez que lo investigaba— y el caso Gürtel se va a convertir en el caso Garzón, y no pasa nada". "Es una pregunta que hay que hacer sobre la calidad de la democracia", concluyó.