No en vano, el servicio municipal de drogodependencias tiene contabilizadas más de 4.000 sanciones impuestas por la Policía Local en lo que va de año por consumo de droga en la calle. En cuanto al alcohol, las cifras bajan, pero no dejan de ser llamativas. Al menos, se han puesto 400 multas a los amantes del botellón.

Según fuentes de drogodependencias, «en estas 4.000 multas están incluidas las que se han puesto por venta de tabaco a menores, aunque son las menos. El resto son por consumo de todo tipo de drogas. De éstas, el cannabis acapara la mayoría».

En lo que a la cuantía de las sanciones se refiere, las mismas fuentes informan que por beber alcohol en la calle la multa asciende a 150 euros, mientras que por tomar cualquier otro tipo de droga es de 300.

Sin embargo, no todos están obligados a pagar. Los menores de 18 años tienen la posibilidad de asistir a unos cursos que organiza este servicio, donde psicólogos municipales les orientan sobre los perjuicios y consecuencias del consumo de drogas.

Del total de sancionados, 163 son menores, la mayoría fueron multados por fumar hachís, y los menos por tomar alcohol o cocaína. Sin embargo, sólo un 11% de todos estos adolescentes han asistido a los cursos.

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Concienciar a los padres y a los hijos

Agustín Durán, psicólogo del plan municipal de drogodependencias, comenta: «En estos cursos explicamos a los chavales las reacciones adversas a medio y largo plazo de las drogas, algo que nadie les cuenta antes de consumirlas». «Les decimos –prosigue Agustín– que actúan sobre el cerebro reduciendo la motivación, la concentración, la memoria y la constancia. Esto, a esas edades, se traduce en fracaso escolar». Esta información también se da a los padres.