¿Compartirías el taxi con un desconocido para pagar la carrera a medias y ahorrar en el trayecto? Cada vez hay más madrileños que contestan "sí" a esta pregunta. De hecho, el uso compartido de taxi se ha puesto de moda en la capital, principalmente entre la gente joven y en las noches de fin de semana. "En Madrid es muy habitual compartir un taxi para ir a destinos diferentes, sobre todo entre amigos o compañeros de trabajo", explica José Luis Funes, presidente de la Gremial del Taxi.

Ahora, el fenómeno se está extendiendo a desconocidos: "Hay ya gente que se organiza en las paradas para montar juntos y que les salga más barato. El bolsillo manda", añade Antonio López, presidente de los consumidores de la CECU. Mientras, los usuarios animan a los taxistas a que promuevan este uso conjunto: "Hay mercado para esto, en la calle la gente lo pide y sería una solución para la crisis del sector. Si sale más barato, la gente cogerá más el taxi", según fuentes de la OCU.

Prohibido en toda España

Sin embargo, la ley no lo permite. El artículo 37 del decreto regional 74/2005 especifica que "los servicios de transporte público urbano en automóviles se deberán realizar mediante la contratación global del vehículo", es decir, no se puede recoger clientes en puntos diferentes porque el coche se alquila en su totalidad. Una ley de 1979 lo prohíbe en el resto de España.

En este aspecto, Madrid se diferencia de grandes capitales como Londres o Nueva York. En esta última ciudad se acaba de implantar un servicio de taxis compartidos. Se trata de líneas regulares de transporte que se realizan con automóvil en lugar de con autobús. "Allí es útil porque el transporte de viajeros, al ser privado, no da servicio a lugares donde no es rentable; estas líneas de taxis suplen esa carencia", explica Funes.

"En Madrid sólo tendría sentido para llevar pasajeros a pueblos mal comunicados por autobús", añade el taxista. De hecho, hace tres años se planteó introducir un servicio similar para enlazar el centro con la periferia por las noches. Sin embargo, la Comunidad optó por potenciar los búhos hacia el extrarradio. "Ahora no está en la agenda", aclara la Consejería de Transportes.

Por su parte, los taxistas están divididos. A pie de calle opinan que ganarían más dinero, ya que "se cogerían más taxis y no estarían tanto tiempo parados sin circular". Las patronales, sin embargo, lo rechazan frontalmente: "Sería precarizar el servicio, la gente quiere un mínimo de intimidad», según Francisco Esteban, de Agetaxi, y Mariano Fernández, de la Federación.

Un sector en el ojo del huracán

En los últimos meses, los taxistas han protagonizado varias polémicas. En diciembre colapsaron la capital al convocar una huelga que duró casi una semana. Protestaban porque, según su opinión, la Ley Ómnibus abría la puerta a que cualquier conductor particular ejerciera de taxista sin licencia. A finales de año también se negoció la nueva ordenanza, que obligaba a los taxistas a mejorar su vestimenta. Ellos pidieron, sin éxito, que les permitieran cobrar por las maletas. Sí lograron un aumento de las tarifas nocturnas que indignó a los usuarios.

Viaje con desconocidos

Óscar del Pozo: "Viene bien para no parar de movernos"

Óscar cree que el taxi compartido sería "una solución para la crisis en la que estamos: más gente usaría el taxi y estaríamos más tiempo en movimiento; ahora pasamos más tiempo en la parada que en marcha». Aunque «sería más rentable para trayectos largos que para urbanos».

F. Javier Nistal: "Lo veo para jóvenes; para empresarios, no"

Este taxista lo ve "positivo", sobre todo para jóvenes: "Entre amigos por la noche suelen compartir, pero de día es diferente, esto lo utilizaría más la gente joven, con menos dinero". Cree que "se ganarían clientes, perderíamos una bajada de bandera, pero es una mínima parte de la carrera".

Marga Losada: "Muy bien, porque el taxi aquí es carísimo"

Esta joven vivió dos años en Londres y "allí funciona muy bien un servicio de taxis compartidos para chicas". Cree que en Madrid sería más necesario, ya que "el taxi aquí es carísimo". El problema es que "somos muy desconfiados", pero ella "no tendría problemas en compartir un taxi con desconocidos".

Elena Chamorro: "Tiene una ventaja: que haces amigos"

Además del ahorro, Elena ve otra ventaja en el uso conjunto del taxi: "Puedes hacer amigos, imagina que se sube un chico guapo...", bromea. Sin embargo, "puede llegar a ser incómodo si se sube una persona que no es de tu agrado", añade. Esta chica, además, califica las tarifas del taxi de "sablazos".