Su ex marido la amenazó con darle tres puñaladas y sacarle "el corazón delante de sus hijos" porque quería separarse de él. Ha sido la declaración que una presunta víctima de violencia machista ha hecho hecho este lunes en el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid contra su ex pareja.

José Carlos G.R. se sentó en el banquillo de los acusados por un delito de lesiones en el ámbito familiar, uno de malos tratos, otro de amenazas con la agravante de parentesco y un incendio en grado de tentativa. La fiscal ha solicitado que se le condene a ocho años de cárcel al desvirtuar la prueba practicada su presunción de inocencia.

Tras declinar comparecer oculta por biombo, la víctima contó a la Sala que desde que comunicó a su marido su intención de separarse, éste le sometió a continuas amenazas entre el 20 de julio de 2008 y el 24 de ese mismo mes hasta que se le detuvo después de que intentará prender fuego a su domicilio con ella y sus hijos en el interior.

"Me amenazó y sacó un cuchillo de cocina, diciéndome que tenía mi nombre y el de mi madre escrito en la hoja. Me dijo que me iba a sacar el corazón delante de mis hijos. Que él saldría de la cárcel, pero que yo nunca saldría de debajo de la tierra", recordó la mujer.

Según la víctima, esas amenazas se produjeron el 20 de julio y el 23 con motivo de su separación conyugal y fueron presenciadas por los hijos del matrimonio. El mayor, de 16 años, relató cómo vio a sus padres discutir durante esos días y cómo, el 20 de julio, su padre metió a su madre en el baño para pegarla. "La cogió y se la llevo al baño. Ahí la agarró por el cuello y le metía la cabeza debajo del agua para ahogarla", indicó el chico.

Recordó también que el 24 de julio de 2008 su padre cogió un bote de líquido inflamable con el que roció las paredes revestidas de madera y el suelo de la vivienda, manifestando: "En el momento que prenda esto vais a morir todos como ratas". A continuación prendió fuego a las paredes, pero las llamas no se propagaron.

Por su parte, el acusado negó haber amenazado a su esposa, aunque reconoció que provocó el incendio para asustarles porque su suegra quería echarles de casa. "Sólo quería asustar. No les guardo ningún rencor. Nos querían echar de una casa que acabábamos de arreglar", manifestó en la vista, en cuyo final se mostró arrepentido por lo sucedido y pidió perdón a la víctima.