La especialista del Hospital Casa de Salud Carmen Comeche aseguró que el 12 por ciento de los niños españoles ronca cuando duermen y el 2 por ciento de ellos sufre, además, apneas o paradas respiratorias durante el sueño. La causa, según la experta, es "el excesivo tamaño de las amígdalas y de las vegetaciones", por lo que destacó que la única solución es la intervención para "extirpar las amígdalas o reducirlas".

Para la doctora Comeche, este tipo de intervención tiene varias ventajas: "no duele, no sangra y el post-operatorio es mínimo". De esta forma, "el niño puede ingerir alimentos el mismo día y, a los pocos días ya puede llevar una vida normal". "Con el láser se elimina sólo el tejido sobrante de la amígdala, por lo que la función de órgano se conserva intacta", destacó.

"Al conservarse una parte de las anginas, se mantiene su función inmunológica, la de fabricar anticuerpos", afirmó la especialista, quien añadió que esta intervención "al ser una técnica menos agresiva, se puede utilizar en niños a partir de un año, e, incluso, más pequeños".

Los niños que sufren apneas tienen unas amígdalas "excesivamente grandes", por lo que tienen una respiración "agitada" cuando duermen, suelen tener pesadillas y deben de realizar un "excepcional esfuerzo" respiratorio. Estos ronquidos pueden degenerar en la apnea del sueño y, según los expertos, presenta una serie de rasgos distintos de los adultos.

Así, para Comeche, "suelen ser niños delgados, bajos, con problemas de concentración y de crecimiento". Asimismo, señaló que "la mala calidad del sueño provoca en estos niños cefaleas matutinas y fatiga diurna, aunque no somnolencia, como ocurre con los adultos, sino hiperactividad".

Las manifestaciones de la apnea del sueño en los niños puede llevar a un retraso en el crecimiento debido a ese alto consumo energético, dificultad al tragar y una menor producción de la hormona del crecimiento, que se fabrica durante la fase REM del sueño, que es lo que el niño tiene disminuida.