Así lo aseguró hoy el comisario del proyecto, Jaime Brihuega, que presentó la selección junto al vicerrector de Cultura de la UV, Rafael Gil, el director de Proyectos de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), Xosé Luis García Canido, y el director de Actividades Culturales de la Universidad de Zaragoza, Juan Carlos Lozano.

La exhibición —una producción de las universidades de Zaragoza y Valencia, el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) y la SECC y que cuenta en Valencia con el patrocinio de Bancaja— analiza por primera vez en profundidad los distintos exilios geográficos, sociológicos y estéticos que impregnaron el arte español del siglo XX.

Las obras, que se podrán contemplar hasta el próximo 25 de abril, han sido cedidas para la ocasión por más de 70 colecciones públicas y privadas, tanto nacionales como extranjeras, y se reparten entre las diversas salas expositivas de La Nau. Dentro de este amplio fondo destacan artistas como Óscar Domínguez, Manuel Colmeiro, Rafael Alberti, Maruja Mallo, Luis Seoane, Remedios Vallo, Josep Renau, Manuel Ballester, Eugenio Granell, Miguel Prieto y Moreno Viilla. De varios se ellos se pueden contemplar "obras radicalmente inéditas", subrayó el comisario.

El espacio cronológico que plantea la exposición tiene como límites simétricos los años 1939 y 1960, que marcaron dos hitos claros en el proceso evolutivo del arte español. La primera fecha corresponde el final de la Guerra Civil y el inicio del exilio, mientras que la segunda señala los "destellos de vanguardia" que empezaron a manifestarse la producción creativa en la España gobernada por Franco.

El recorrido expositivo propone al espectador que compare una obra realizada por el artista en cuestión durante la República o la Guerra Civil con otras elaboradas ya en el exilio para poner en evidencia los cambios experimentados en su trabajo. Además, el itinerario se estructura en torno a dos grandes territorios geográficos, que acogieron la mayor parte de los exiliados.

De este modo, la Sala Estudi General se dedica al exilio en el continente europeo, fundamentalmente en París, aunque también en Londres y la Unió Soviética. En las salas Thesaurus y Martínez Guerricabeitia se revive el exilio en el continente americano, especialmente en México, que fue uno de los escenarios más intensos de la época. Pero también se recuerda el exilio en el Cono Sur americano, el segundo destino que congregó a más artistas dentro del exilio en ultramar, y otros lugares transoceánicos, incluso de Estados Unidos.

Instalaciones y cortometraje

La muestra se completa con dos instalaciones audiovisuales simbólicas sobre la guerra y los campos de concentración y la travesía por el océano, que pretenden que el público "se ponga en la piel de aquellos artistas". De igual modo, se proyecta un cortometraje realizado ex profeso por el cineasta Joan Dolç y dos collages antológicos, uno audiomusical y uno videocinematográfico, y se ha editado un completo catálogo.

Jaime Brihuega se mostró convencido de que esta exposición abre al puerta al conocimiento sobre el exilio y a sentar las bases para establecer si existió "una poética visual del exilio". El experto agregó que, de hecho, hubo muchas, dependiendo de las circunstancias personales de los autores y de las culturas en las que se integraron.

"Hubo artistas que optaron por hacer un parón melancólico, otros asesinaron a la belleza haciendo cuadros explícitamente feos mientras que varios se decantaron por el realismo y quienes llegaron a Estados Unidos descubrieron el nuevo centro de gravedad del arte mundial", explicó.