En declaraciones a Europa Press, el antiguo presidente del comité de empresa y representante de los ex empleados de la cárnica, Manuel López, detalló que el objetivo de estas acciones es "seguir reivindicando que la Junta cumpla" los compromisos que adquirió con ellos, toda vez que la comisión de seguimiento no se ha vuelto a reunir y permanecen a la espera de que se convoque y de que los cursos específicos se pongan de una vez en marcha, según dijo.

"Estamos muy mal, muchos tenemos que ir pidiendo a familiares, porque la alternativas de aquí a dos años no son malas, pero a ver si mientras hay una solución ya que estamos bastante mal", analizó López, quien no dejó pasar por alto que los compañeros que se quedaron en la planta cubriendo tareas como la vigilancia no cobran "nada" desde agosto. "Tenemos auténticos dramas personales", apuntó.

Sobre la recogida de firmas, detalló que este domingo se desplazarán a la entrada del campo de fútbol para recopilar rúbricas y que después asistirán al partido portando pancartas. Al respecto, quiso mostrar su agradecimiento al club por permitirles tanto recoger allí firmas como ver el partido exhibiendo esas pancartas.

Para concluir, López apuntó que, después de que en enero Dhul comenzase las obras de la planta en la que está previsto que se recoloquen trabajadores de la antigua Primayor, están pendientes de lo que pasa con la otra empresa a la que debería incorporarse el resto de este colectivo, Proasego, dedicada a la promoción, construcción, explotación y mantenimiento de instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de energías renovables. "Estamos pendientes de que le concedan la potencia que necesita, pero todavía no hay nada concreto, ellos van hacia delante, pero están pendientes de eso", de ahí que mostrara su preocupación porque "si no se lo conceden el proyecto se va a pique".

Proinserga —empresa matriz de Primayor, sociedad que gestionaba la planta de Jaén— tuvo durante décadas importantes beneficios, hasta que en 2007 reconoció un déficit financiero cercano a los 60 millones de euros. La crisis se remonta al año 2004, con la compra a Campofrío de una red de mataderos agrupados bajo la firma Primayor. Las pérdidas acumuladas por esta operación terminaron comprometiendo la situación económica de todo el grupo.