El alcalde de Lleida, Àngel Ros, presidió hoy la apertura del nuevo puente sobre las vías del tren que prolonga la avenida Prat de la Riba y que se enmarca dentro de las actuaciones que se están llevando a cabo en el marco del Plan de la Estación, el proyecto de transformación urbana más importante que vive la ciudad, según el equipo de gobierno, y que unirá definitivamente el centro con los barrios.

El nuevo puente de Prat de la Riba se dibujó en el Plan General de Ordenamiento Urbano del año 1979 con el objetivo de superar una de las grandes barreras que históricamente había aislado los tres barrios periféricos con el centro urbano.

El puente se concibió para compactar estos barrios e integrarlos con el resto de la ciudad y era, también, un eje vertebrador del crecimiento urbanístico que se previó en el Plan General de 1979 y, posteriormente en el de 1995 en las zonas conocidas como Pardinyes Altes y Nueva Balàfia-Barris Nord, donde se han construido en total más de 1.600 viviendas nuevas en los últimos años.

Inicialmente, sólo se planificó el puente con el fin de salvar la barrera de las vías, pero posteriormente se fue dibujando la nueva conexión actual a través de la nueva carretera de Corbins y hasta enlazar con la variando de la antigua N-II y posibilitando de esta manera una nueva entrada directa en el centro desde el norte de la ciudad.

El puente se ha hecho realidad en el marco del desarrollo del Plan de la Estación, que permite el cubrimiento de las vías entre la Plaza Europa y Comtes de Urgell y que generará un nuevo parque urbano de cerca de 30.000 metros cuadrados y 660 metros lineales de longitud. Una actuación que fue adjudicada a la UTE Fem Ciurar (Acsa, Arno y Glauca) por 9,5 millones de euros.

El Ayuntamiento ha adelantado la financiación ya que en el plan de la estación se contemplaba financiar la obra con el dinero que saliera de la venta de solares, venta que todavía no se ha producido.

El nuevo tramo de vial de Prat de la Riba tiene una longitud total aproximada de 330 metros, de los cuales 200 metros salvan el paso de las vías del tren y los otros 130 metros corresponden a tramos de calles la calle Baró de Maials y Alfarràs, que ya existía y se ha ampliado.