Según fuentes judiciales consultadas por Europa Press, los tres acusados, que fueron detenidos horas después, se enfrentan a una pena que supera los 40 años de prisión. Los delitos que se les imputan son: robo con violencia y secuestro de 12 personas.

Los tres varones accedieron a la oficina bancaria encapuchados e incluso utilizaron a tres clientes. Los atracadores portaban cuchillos y un arma de fuego cuando intentaron el robo, aunque finalmente se entregaron a los agentes. No obstante, uno de ellos intentó escapar por el tejado del inmueble, pero cayó al suelo en su intento y los agentes le detuvieron.

La intervención tuvo una duración de una hora aproximadamente y los rehenes, aunque alterados, no sufrieron daños en una jornada sin precedentes en el municipio tarifeño. El lunes, dos años después comienza el juicio por este atraco frustrado que recordó a los que ocurren en las películas.