A partir de ahora, los 106 trabajadores que fumaban en el edificio se irán a la calle si quieren darle una calada a un cigarro, para no molestar a los otros 223 que no lo hacen. Sin embargo, Sanidad aún no ha estipulado los turnos para ir a fumar.

Curso para dejar el pitillo

La Consejería va a ayudar a los empleados que quieran  abandonar el tabaco. Ya se han apuntado 24 trabajadores. El curso será en horario laboral y lo impartirán un médico y una psicóloga. La terapia es de 12 horas (una sesión a la semana de dos horas, durante un mes y medio).

Ayuda psicológica y farmacológica

Los que se apunten a este curso para dejar el tabaco recibirán ayuda psicológica y farmacológica. Los medicamentos serán financiados al 50% por los empleados y por la Consejería. Además, pondrán carteles en el edificio anunciando que no se puede fumar y que es un espacio libre de humo.

Rafael Sandoval. Auxiliar administrativo. «Apenas me afecta que no nos dejen fumar en el edificio porque yo sólo me fumo 5 ó 6 cigarrillos al día. Sin embargo, creo que es una medida extrema y hasta contraproducente para los que sí fuman».

Mari Paz Martínez. Responsable de información. «Soy ex fumadora y una de las promotoras de esta iniciativa. Creo que así damos un buen ejemplo y aunque entiendo que a los fumadores no les guste la idea, pienso que así les ayudamos».

J. Vicente Estévez. Coordinador de ordenanza. «Fumo mucho y no me parece bien que no pongan una sala para los que fumamos. Ahora nos tendremos que salir a la calle y perderemos más tiempo. No voy a dejarlo porque me gusta mucho fumar».