De los 1.000 ejemplares editados, únicamente resta por vender una docena. El colectivo fallero está estudiando subastar los ejemplares restantes por Internet, tras la gran acogida que entre los vecinos de Puçol ha tenido la venta de calendarios a cinco euros.

La falla de momento "no tiene claro" si continuarán con esta iniciativa en el futuro, aunque ya hay alguna voluntaria que se ha presentado como candidata. En principio, Palau-La Torre decidió llevar a cabo esta idea tras dividirse el colectivo al finalizar las fallas de 2009, a lo que se sumó la crisis económica.

En abril de 2009, tras sopesar distintas opciones, llegaron a una conclusión: "o hacíamos un calendario con niños muy monos y bien vestidos, o hacíamos uno con falleros adultos, muy monos y nada vestidos", explicó Lidia Ballesteros, una de las falleras.