En un comunicado, el colectivo ecologista subrayó que "no le salen las cuentas", pues, según sus cálculos, en la corta minera quedan, según declaraciones de la empresa, 30.000 metros cúbicos de agua. "En la corta han caído durante ese periodo 500 litros por metro cuadrado, lo que supone un aporte total superior a los 600.000 metros cúbicos de agua de lluvia, a los que hay que sumar el aporte del acuífero", subrayaron.

Si la capacidad de almacenamiento de las balsas de la mina es de 155.000 metros cúbicos y la capacidad de depuración del vertido es de poco más de 100.000 metros cúbicos en esos 45 días, ello da un total de 260.000 metros cúbicos de capacidad máxima de gestión correcta de agua. "Si han llegado más de 600.000 metros cúbicos y la mina sólo puede gestionar correctamente 260.000 metros cúbicos, ¿dónde están los 350.000 que faltan?", se preguntan los ecologistas, aludiendo a que han podido ser vertidos sin depurar.

En la denuncia también se hace referencia a que el punto de vertido en el municipio de La Algaba se sitúa junto al puente viejo Rodríguez de la Borbolla, en el margen derecho, indicando que la tubería esta soterrada y que con el alto nivel actual de agua del río "vierte bajo agua", solicitando que se produzcan mediciones de contaminación metálica en los alrededores de ese punto de vertido o toma de muestras directamente en la caseta de control, si fuera posible, así como en los arroyos Garnacha y Molinos, aguas abajo de la mina.